En la historia del pensamiento ha existido un grupo de autores cuyo obra está marcada con la etiqueta de ser especialmente difícil de comprender. Presentando sus ideas, en no pocos casos,  como un conocimiento que está solo al alcance de un selecto grupo de iniciados.

Esta condición suele rondar a algunas de las figuras más importantes en la histórica de las ciencias sociales y la filosofía: David Hume, G.W.F. Hegel, Edmund Husserl, Martin Heidegger o Ludwig Wittgenstein. Pero sí hay un pensador en el que esta  idea ha llegado a sus mayores extremos, convirtiendolo en un autor críptico y sólo al alcance de un reducido número de iniciados-especialistas, es el sociólogo alemán Niklas Luhmann.

Opinión que no solo está presente en el gran público o entre los alumnos de licenciatura o pregrado; sino que que puede encontrarse  con relativa facilidad en niveles altos de formación académica (investigadores doctorales e incluso post-doctorales) donde la teoría luhmanniana llega a convertirse en el ejemplo moderno de una teoría esotérica, en su acepción de un conocimiento  que «es impenetrable o de difícil acceso para la mente» (Diccionario de la Real Academia Española)

Debido que tal opinión cuenta con importante presencia entre un público  acostumbrado a planteamientos conceptuales  dotados de un alto grado de exigencia, podemos descartar los obstáculos habituales a la hora de enfrentarse a una teoría (fallos en la enseñanza, insuficiente preparación, carencia de fundamentos, etc.) y empieza a ganar fuerza la pregunta:

¿Por qué es tan difícil entender Niklas Luhmann?

Una pregunta que resulta muy interesante, porque al intentar responderla se nos muestran importantes aspectos del pensamiento luhmanniano; que lo convierten en un autor peculiar, un autentico adelantado a su tiempo cuya obra solo ahora empezamos a valorar en su adecuada dimensión.

Las razones que presentamos a continuación, para explicar esta especial dificultad a la hora de entender a Luhmann proporcionan, a la vez, una buena introducción a su obra.

Erudición Teórica

Uno de los aspectos más destacados de Niklas Luhmann es su gran erudición. En su obra podemos apreciar un sólido conocimiento de la teoría sociológica previa.

En su planteamiento hay un  diálogo permanente con la teorías de Durkheim, Marx, Weber o Parsons, entre otros. Un diálogo que se construye desde un conocimiento detallado y profundo de lo que dicen estos autores, así como del análisis de su evolución intelectual.

Muchas veces, lo que falla no es nuestra interpretación de lo que dice Luhmann; sino  nuestro conocimiento de las teorías con las que discute.

Por ejemplo, sin el entendimiento claro de los conceptos «Acción», «Función» o «Sistema» utilizados por Parsons, no resultará sencillo comprender las reformulaciones que plantea Luhmann sobre  de ellos y las nuevas dimensiones que adquieren en su propia propuesta.

Interdisciplinariedad y enfoque integral del planteamiento

Luhmann construye una reflexión verdaderamente interdisciplinar, incorporando aportes de disciplinas como la biología, la computación,  la filosofía o la psicología, entre otros.  Igualmente, su pensamiento está  abierto a programas de investigación emergente, como la Cibernética, La Teoría de la Comunicacion  o la Teoría de Sistemas.

Labor que dio lugar a un pensamiento muy rico y con vocación de integración. Pero a la vez bastante exigente, pues requiere un buen conocimiento de cada una de estas disciplinas y ser capaz de valorar la importancia de sus aportaciones a la reflexión global.

El gran valor de la teoría luhmanniana reside en las conclusiones que surgen al poner en interacción estos campos de conocimiento y lo que nos aportan para entender la sociedad y las distintas dinámicas que ocurren en ella. Algo que plantea dos  nuevas exigencias a quienes deseen abordar esta teoría: contar con un conocimiento suficiente de  las otras ramas de conocimiento involucradas y tener esa visión de conjunto, enfocada en la sociedad.

Carácter especulativo de su reflexión

Luhmann plantea la necesidad de una teoría con un alto grado de abstracción, separando todo lo posible su reflexión del estudio de los casos prácticos.

Esperando llegar a conclusiones que sean relevantes para la mayor cantidad de casos posibles  y que no tengan dependencia de fenómenos concretos; así como los conceptos matemáticos pueden ser usados en diferente situaciones concretas, pero éstas no han intervenido en su proceso de formulación ni condicionan su capacidad explicativa.

Por ejemplo, un círculo es una definición matemática abstracta del cual tenemos muchas representaciones a nuestro alrededor, pero a la hora de estudiar sus características no recurrimos a la observación de los círculos que conocemos en la realidad, sino que recurrimos a su representación abstracta.

Este enfoque resultó muy revolucionario y se enfrentó  los planteamientos, en boga en aquel momento, que promulgaban una reflexión sociológica que hiciera mas énfasis en el estudio de casos concretos y la dimensión práctica de los fenómenos.

Constelaciones conceptuales

A diferencia de otros planteamientos teóricos, como los de Marx, Parsons o Weber, cuya esencia teórica puede capturarse con un concepto o un puñado de ellos; la propuesta luhmanniana  se articula en torno a una importante constelación de conceptos que, demás, se encuentran conectados entre ellos. De manera que a la hora de analizar una idea concreta debemos ser conscientes de cómo interactúan dentro del conjunto y cómo se están comportando los otros.

De esta manera, la teoría de Luhmann no se construye sobre conceptos sino sobre conjuntos conceptuales. Algo que implica un grado de exigencia superior al que podemos encontrar en otras propuestas de pensamiento.

Refomulaciones conceptuales

Luhmann no suele copiar  los conceptos de otros autores o disciplinas de manera transparente; sino que los reforma en el marco de su proyecto teórico.  De tal manera que, el mismo concepto puede tener una acepción diferente en la obra de Luhmann y en su fuente original.

Si se quiere entender lo que nos quiere decir Luhmann no es suficiente con conocer  la acepción del concepto que usa en su obra;  también es necesario conocer  la concepción original y los motivos por los que  se produce esa reformulación.

Finalmente, no se puede dejar de lado que algunos de los conceptos centrales de Luhamann cuentan con varias acepciones que están presentes en diferentes momentos de su obra. Obligando a distinguirlas y entender las razones de su uso.

Para concluir, solo nos resta destacar que la posible complejidad que se le puede achacar al pensamiento luhmanninano está en consonancia con la de la realidad social que pretende describir. Una realidad que es cada vez más exigente en cuanto a la comprensión y herramientas de análisis.

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