El verano tiene momentos que parecen mágicos, momentos en que varios interlocutores parecen olvidarse del ánimo de poder y de lucro que todo lo impregna y se ponen a debatir, ayudados por la suspensión del tiempo que operan en nosotros las cálidas sobremesas arrulladas por el rumor de las olas.
Son debates en los que todos hablan con sinceridad, no quieren engañar ni tener razón, sino que comparten la búsqueda de lo que los antiguos llamaban la verdad; nosotros, que no podemos evitar ser posmodernos, diríamos que buscan arrojar luz sobre los asuntos tratados para compartir, aunque sea por unos instantes, la emoción que suscita la claridad.
El último debate que he vivido fue un auténtico mano a mano entre dos, marido y mujer, que comparten sus vidas pero no sus convicciones……Los demás asistíamos entusiasmados observando los lances verbales, llenos de ritmo y energía, y sólo nos quedó espacio para escoger papeles secundarios. Yo elegí el de cronista y ahora me propongo compartir un resumen de lo dicho:
- (H) Yo sólo creo en la ciencia -dijo el marido- con la autoridad que le da la práctica profesional de la ingeniería. La ciencia nos ha dado el progreso, ha contribuido a resolver nuestros problemas prácticos, es lo que hace posible que vivamos vidas cada vez más dignas y su avance inexorable nos plantea un futuro aun más prometedor.
- (M) ¿Cuándo hablas de ciencia, te refieres al conocimiento basado en hipótesis racionales contrastables empíricamente?- preguntó dulcemente la mujer.
- (H) Por supuesto. Precisamente esta es la grandeza de la ciencia. Sus verdades siempre son provisionales, pero están constantemente contrastándose mediante nuevos casos empíricos, por lo que desde una perspectiva pragmática se convierten en verdades de facto.
- (M) Así podemos decir que la fuerza de la gravedad es una verdad que es difícilmente discutible.
- (H) En efecto. Nadie en su sano juicio cuestionaría hoy la fuerza de la gravedad!
- (M) Sin embargo, el mismísimo Newton se vio en dificultades para explicarla cuando le preguntaron por el mecanismo en virtud del cual opera la fuerza de la gravedad. La fuerza de la gravedad, tal como la definió Sir Isaac, exige para operar un mecanismo de transmisión a distancia que desafía a la lógica; cuando empujamos un carro, está muy claro el mecanismo de transmisión de nuestra fuerza al carro, sin embargo no está nada claro cómo hace el sol para hacer sentir su fuerza de la gravedad a los planetas que orbitan a su alrededor ……Newton se limitó a decir que las cosas eran así, y escribió su célebre frase “Hypotheses non fingo”, declarando la primacía del experimento sobre la razón. Pero Newton sí que hacía hipótesis, en primer lugar la hipótesis de que todo cuerpo dotado de masa ejerce sobre todos los demás una fuerza , fuerza que justifica racionalmente mediante mediciones experimentales, pero que al tener que actuar a distancia de manera misteriosa deja abierta una cuestión no menor.
- (H) Pero nadie, en la época de los satélites y de los viajes espaciales, puede hoy en día negar la fuerza de la gravedad…….el sol atrae a los planetas que orbitan a su alrededor con órbitas elípticas, la Tierra atrae a la Luna, que es un satélite que gira a su alrededor…..Así que Newton tenía razón, no hay que hacer hipótesis, sino ceñirnos a los datos que nos proporcionan los experimentos. Los datos nos muestran hechos que son indiscutibles.
- (M) Pero la filosofía experimental de Newton lleva implícitas las hipótesis necesarias para poder hacer las mediciones, por ejemplo, el propio concepto de fuerza que es una de las variables fundamentales de medida en sus experimentos; en efecto, hace falta postular que un agente ejerce una acción sobre otro y que ésta acción es la causa de la alteración de su estado de reposo (o de movimiento uniforme), además hace falta postular una geometría euclídea donde se pueda medir el estado de reposo o de movimiento de los cuerpos, y también es necesario postular la validez de las matemáticas como representación racional de los fenómenos…..la hipótesis de Galileo de que “el libro de la naturaleza está escrito en caracteres matemáticos”.
- (H) Precisamente ahí radica la grandeza de la ciencia, su propia validez basada en la comprobación empírica nos muestra la veracidad de los conceptos manejados.
- (M) Voy a tener que dar la razón a Leibniz cuando, en la célebre correspondencia que mantuvo con Clarke (director de la Royal Society y amigo de Newton), dijo que Newton tenía serias carencias conceptuales debidas a su falta de competencia en la filosofía racional.
- (H) Con lo prudente que eres, ¿cómo puedes hacer una afirmación tan atrevida?
- (M) Lo que he dicho no me lo he inventado yo, figura en esa correspondencia, que además está editada por Taurus en español. Pero además, debes saber que en el siglo XX un gran científico y filósofo puso de manifiesto, quizás sin ser consciente de ello, que Leibniz tenía razón en relación a las carencias intelectuales de la filosofía experimental de Newton. Me refiero a Albert Einstein, que al desarrollar su teoría general de la relatividad, resolvió el problema que presentaba a cualquier mente racional la espinosa cuestión de la acción a distancia. Los movimientos de los cuerpos celestes en el espacio-tiempo son líneas geodésicas sobre una geometría no euclidiana (de Riemann) de cuatro dimensiones. No existe ninguna fuerza de la gravedad, por esta razón los movimientos en el campo gravitatorio son inerciales. Los cuerpos, en su movimiento inercial simplemente siguen la línea más corta (geodésica) en la estructura geométrica del espacio-tiempo cuatridimensional. Einstein es un ejemplo de científico-filósofo que no se contenta sólo con la información experimental, sino que cree que el universo se puede comprender racionalmente……esta creencia está fuera del cuerpo de creencias de la ciencia experimental, la que por su pragmatismo se atreve a decir “Hypotheses non fingo”. Como verás detrás de la ciencia, siempre se esconde el problema de su justificación racional y ésta escapa al alcance de la comprobación empírica.
- (H) Touché……. esto me pasa por estudiar una ingeniería donde no se da la asignatura de Mecánica relativista!!!!
- (M) En resumen, los cuerpos masivos no ejercen ninguna fuerza de atracción gravitatoria, sino que deforman la geometría del espacio-tiempo de tal manera que aquellos cuerpos que no estén sometidos a ninguna fuerza cumplan el principio de inercia, pero en lugar de mantener su movimiento rectilíneo y uniforme en un espacio absoluto euclídeo y tridimensional, tal como postulaba Newton, se moverían según curvas geodésicas en el espacio-tiempo de cuatro dimensiones cuya geometría es alterada por la presencia de objetos masivos. Por eso, no existe acción a distancia alguna, y no se puede decir con propiedad que un cuerpo atrae a otro.