Herederos de la disrupción

Nada mejor para comenzar este nuevo año que  reencontrarnos con uno de los periodos más fascinantes de la historia humana. Si despedíamos el 2015 descubriendo importantes luces en  una época de aparente oscuridad  como fue la edad media, damos la bienvenida al 2016 conociendo uno de los momentos de mayor iluminación que se puedan recordar, una etapa disruptiva que ha dejado una profunda huella en la evolución posterior de Occidente: el Renacimiento.

Este periodo de la historia ha sido analizado de manera continuada  desde diferentes ámbitos y disciplinas, lo que muchas veces nos hace creer que no es posible encontrar cosas nuevas sobre él. Nada más lejos de la realidad,  el Renacimiento  fue un momento tan rico y tan extenso que nunca podremos abarcar completamente lo que fué, lo qué significó o el impacto que sigue teniendo en nuestras vidas.

Precisamente en este post vamos a realizar una lectura de este periodo histórico desde la Visión Sistémica, gracias a lo cual podremos apreciar su desarrollo de una manera diferente y descubrir cosas nuevas.

En el aspecto político los cambios generados en este periodo han sido tan trascendentales que constituyen el fundamento  de nuestros modernos sistemas democráticos. Gracias a nuestro enfoque sistémico vamos a descubrir el origen de estos planteamientos en autores y tradiciones que a priori hemos considerado opuestas a la democracia.

Crisis,  oportunidad y evolución

Como vimos en el post anterior, la Edad Media fue un período histórico en el que hubo muchas más riqueza conceptual de la que normalmente se le reconoce. Pero también fue un momento marcado por una dinámica complicada, sobre todo cuando estaba llegando a su fin:

“Luchas entre monarcas y barones por el dominio sobre la autoridad legitima; revueltas campesinas contra el peso de los impuestos excesivos y obligaciones sociales; la extensión del intercambio, el comercio y las relaciones de mercado…”

David Held. Modelos de Democracia. p. 55

Estos fenómenos no eran hechos aislados, sino que eran parte integrante y determinante de lo que algunos autores han denominado la Crisis del Siglo XIV, época ésta marcada por las calamidades, los conflictos, las  guerras, las hambrunas, la peste…etc.

Desde un punto de vista sistémico estos fenómenos y la constante escalada de conflictos, enfrentamientos y tensiones son un indicativo de una situación en la cual el sistema no está logrando reducir adecuadamente la complejidad generada tanto por el entorno (el exterior) como por él mismo (conflictos internos).  Ante estas situaciones, lo habitual es que los sistemas evolucionen y modifiquen sus estructuras internas y externas para dar respuesta a las nuevas necesidades y problemáticas.

De esta manera, la sociedad medieval evolucionó hacia un nuevo modelo de convivencia que pudiera superar todos esos conflictos, luchas y problemas que hemos enumerado antes, dando origen a lo que conocemos actualmente como el Renacimiento.

El Renacimiento tienen una gran importancia para la visión sistémica por la forma en que se amalgaman y relacionan todos los aspectos de la vida humana: El Renacimiento estuvo presente en todos los campos del actuar y del conocimiento humano (las artes, las ciencias, la vida política, la espiritualidad… etc), pero todas estas manifestaciones se mostraron como parte integrante (constitutiva y explicativa) de un mismo fenómeno histórico.

Recordando las palabras de Ludovico Geymonat:

“En ninguna época, en efecto, las diferentes actividades -artísticas, filosóficas, política, técnica, etc.- se han visto tan estrechamente vinculadas  unas con otras como en el Renacimiento; nunca se sintió tan viva la unidad de la obra humana.“

L. Geymonat. Historia de la Filosofía y de la Ciencia. p., 211.

En mi opinión, durante el Renacimiento es cuando se experimenta por primera vez en la historia humana la noción de Sistema: algo que es más que la suma de sus partes, que tiene una dinámica propia y que evoluciona según una serie de necesidades específicas. No quiere decir que no haya habido algo similar en épocas anteriores,  pero no resulta tan claro como en este periodo.

El Renacimiento surge en el marco de un proceso de evolución que sufre la sociedad medieval para solucionar adecuadamente una serie de problemáticas que le afectaban. Estos cambios generan una evolución cualitativa que se manifiesta en una disrupción total con relación a lo que existía previamente.

El Renacimiento cuenta con una serie de causas históricas, fenómenos que se van consolidando en eso momento de crisis y que empiezan a bosquejar  la puesta en marcha de un nuevo modelo, siendo el origen de una confluencia de factores  que promovió estos cambios.  Aquí solo nos centraremos en los dos que consideramos más importantes.

Y por fin nace el Sujeto…

En primer lugar está la Reforma Protestante. Movimiento religioso del que formaron parte Juan Calvino, Ulrico Zuinglio y Martín Lutero, quien a la postre terminó siendo su figura más emblemática. Lutero  fue un monje agustino que sufrió una crisis espiritual y personal al comprobar la gran corrupción existente en la iglesia de la época, en la cual los religiosos llevaban una vida que contradecía sus votos y mediante los sistemas de bulas e indulgencias se mercantilizaba aspectos que debían obedecer exclusivamente a la vida espiritual.

Para un hombre de convicciones tan profundas y de gran espiritualidad como era Lutero, ésto era un signo de decadencia de la Iglesia tal y como él la conocía.  Como profundo creyente que era denunció estas situaciones y propuso una serie de cambios que la devolvieran a la senda de la espiritualidad y la virtud. Su pensamiento quedó recogido en un texto que ha pasado a la historia con el nombre de Las 95 Tesis. De manera sorprendente este folleto  se convirtió en un bestseller de la época siendo distribuido a lo largo de toda Europa en un breve periodo de tiempo.

Más allá de la crítica a las costumbres de la época, el pensamiento de Lutero resulta determinante porque plantea un nuevo tipo de relación entre el individuo y Dios: una comunicación directa y sin intermediarios. El único elemento que podía mediar en dicha relación eran las Escrituras, la Biblia, la palabra de Dios revelada que podía ser interpretada por el individuo, apelando tanto a su espiritualidad como a su entendimiento.

Este planteamiento fue muy revolucionario para la época, pues suponía que cualquier persona podía interpretar lo escrito en la Biblia mediante un uso adecuado de su razón. No era necesario un interprete autorizado (un sacerdote o un monje), ni se tenían que poseer conocimientos previos (teología, latín, etc). Para hacer efectiva esta capacidad Lutero elaboró una traducción alemana de la Biblia.

Sin pretenderlo, Lutero había creado un concepto nuevo: el de Individuo (Sujeto).  Hasta el momento el ser  humano había estado definido por su pertenencia a un colectivo (la Polis, la aldea, el Imperio…etc); después de la Reforma pasó a estar definido por la singularidad de su relación con Dios. una relación que se construía a través de su propia razón.

No hay ejemplo más sublime de esta afirmación que las palabras pronunciadas por Lutero en la Dieta de Worms (1521) cuando se le solicitó que renunciara a sus escritos:

“Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón -porque no le creo ni al Papa ni a los Concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mísmos- por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable“

Terminando con su más famosa frase:

“¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura!¡Que Dios me ayude!“

Surgimiento del Estado.

El segundo fenómeno que da origen al Renacimiento  es la consolidación en Europa de las monarquías nacionales en Europa (Inglaterra, Francia y España).  En términos conceptuales  resulta un evento importante porque se empieza a desligar el gobierno de los criterios de legitimidad divida o el reconocimiento papal (habitual en la edad media).

Los conflictos y las guerras generaron en los reyes y en los pueblos la idea de que lo que se había ganado con el esfuerzo y con la sangre no podía ser sometido a un arbitraje externo, así fuera de origen divino.  Surge, por tanto, un nuevo tipo de legitimidad para el poder ( que si bien no podemos denominar propiamente político, sí es claro que no es religioso).

Muchos monarcas consideran que el origen de los conflictos pasados se encuentran en el hecho que gran parte de sus dominios son administrados a través de delegados con los que existen diferentes tipos de relaciones y pactos (de hecho, muchos tenían una autonomía plena del monarca), por lo cual cada territorio tiene unas características peculiares y no existe una identidad básica (por ejemplo, a principios del siglo XVI en Europa existían unos 500 dominios políticos independientes).

Por ello consideran que un proyecto pacificador debe partir de construir unidades administrativas coherentes y procedimientos comunes. Las grandes monarquías se plantearon como meta la construcción de estructuras políticas sólidas, capaces de absorber a estructuras políticas más pequeñas y débiles.

En este proceso fueron surgiendo discusiones en torno a conceptos como el de obediencia política, legitimidad, ley, derechos… etc. que dejaban traslucir la existencia de un sistema formal que trascendía al monarca como persona.

A manera de recapitulación

En este post hemos utilizado la visión sistémica para entender de una manera innovadora una época de nuestra historia trascendental como es el Renacimiento, hemos sugerido una explicación sistémica para su aparición y hemos visto que en su proceso de formación también aparecen elementos que resultan fundamentales en la creación de los sistemas democráticos tal y como los conocemos actualmente:

• El individuo como sujeto que actúa guiado por la razón.
• Superación del modelo de legitimidad basado en la divinidad.
• Idea del Estado, entendida como una entidad encargada del gobierno.

En el próximo post….

Dentro de 15 días, profundizaremos en los aspectos políticos de la disrupción puesta en marcha en el Renacimiento y  mostraremos la manera en que ellos han generado elementos fundamentales para la construcción de los sistemas democráticos.

En una línea de interpretación innovadora, como ya lo hicimos con la Edad Media, vamos a mostrar los aportes que han hecho a la democracia moderna dos pensadores políticos clásicos que normalmente no asociamos a este sistema de gobierno: Nicolás Maquiavelo y Tomas Hobbes…

Gracias a la visión sistémica podemos ver las cosas de otra manera….

Hasta entonces probad a utilizar vuestra visión sistémica para el análisis de factores y elementos de vuestro interés, tal vez descubráis cosas nuevas…

Hasta la vista.