1. Introducción:

El objetivo de este ensayo  es presentar objeciones a la afirmación de Rorty de que  el lenguaje es contingente, según se argumenta en el ensayo “La contingencia del lenguaje”, que constituye el primer capítulo de su libro titulado “Contingencia, ironía y solidaridad”

2) Resumen de las ideas fundamentales del ensayo

Como parte del método de trabajo, en primer lugar expondremos un resumen con las ideas y conceptos clave que maneja Rorty en su ensayo, sin entrar en ninguna consideración ajena al texto, y dejando la discusión crítica para epígrafes posteriores.

a)El ensayo comienza con la presentación  de una dicotomía entre la verdad que se construye,  (según la visión de los utopistas políticos y los poetas románticos) y la verdad que se halla, que sería la visión de la ciencia, la filosofía y la religión. Afirma  que para la mayor parte de los intelectuales contemporáneos, la primera visión ha alcanzado la hegemonía cultural tras un largo proceso que ha durado 200 años.

Según Rorty, hace dos siglos la filosofía empezó el camino de dotar de sentido a la idea de que los seres humanos no hallan la verdad , sino que la construyen. Menciona que Kant relegó la ciencia a una verdad de segundo orden (la verdad acerca del mundo fenoménico) y Hegel elevó a la jerarquía de verdad de primer orden la que ofrecen el poeta y el político revolucionario. Sin embargo, Kant y Hegel se quedaron a mitad de camino : según Rorty, estos filósofos avanzaron en considerar la materia como algo construido por la mente, pero continuaron entendiendo la mente , el yo humano, como algo que posee una naturaleza intrínseca.

b)Rorty plantea la distinción entre la afirmación de que “el mundo está ahí afuera” y la afirmación de que “la verdad está ahí afuera”; se puede aceptar que el mundo está ahí afuera en la medida que la mayor parte de las cosas son efectos de causas entre las que no figuran los estados mentales de los seres humanos; sin embargo, decir que la verdad no está ahí afuera equivaldría  a decir que donde no hay proposiciones , no hay verdad. En base a estas consideraciones, Rorty afirma:

La verdad no puede estar ahí afuera- no puede existir independientemente de la mente humana- porque las proposiciones no pueden tener esta existencia, estar ahí afuera.(Rorty 1991, pp 25)

En el caso de proposiciones aisladas, resulta fácil confundir el hecho de que el mundo contiene la causa por la que estamos justificados a sostener una creencia, con la idea que determinados estados del mundo (no lingüísticos) verifican una creencia por corresponder con ella.

Sin embargo, esto no resulta obvio cuando comparamos los léxicos tomados en su conjunto, por ejemplo el léxico utilizado en dos juegos de leguaje alternativos (por ejemplo, política de la Atenas de Pericles versus política europea actual). El que un léxico sea más ajustado que otro para una situación dada, no quiere decir que el mundo hable según ese léxico. Focalizar la atención, siguiendo a Kuhn y Skinner, sobre los léxicos en que se formulan las proposiciones en lugar de sobre las proposiciones mismas, permite a Rorty afirmar:

El mundo no habla. Sólo nosotros lo hacemos. El mundo , una vez que nos hemos ajustado al programa de un lenguaje, puede hacer que sostengamos determinadas creencias.(Rorty 1991, pp 26)

c)En definitiva, Rorty plantea la siguiente idea clave : “ sólo las proposiciones pueden ser verdaderas y son los seres humanos quienes hacen las verdades al elaborar los lenguajes en los que se formulan dichas proposiciones” ; para justificar esta afirmación, Rorty se basa fundamentalmente en la obra de Donald Davidson (1917,2003) , uno de los más importantes filósofos norteamericanos de la segunda mitad del siglo XX, según “The Stanford Encyclopedia of Philosophy”. Rorty atribuye a Davidson el mérito de ser quien rompe con la noción de que el lenguaje es un medio de representación o de expresión. Usando sus propias palabras:

El tratamiento que Davidson hace de la verdad se enlaza con su tratamiento del aprendizaje del lenguaje y de la metáfora para formar el primer tratamiento sistemático del lenguaje que rompe completamente con la noción del lenguaje como algo que puede mantener una relación de adecuación o inadecuación con el mundo o con el yo.(Rorty 1991, pp 30)

Para Rorty,  Davidson se acerca al segundo Wittgenstein, el cual se aleja de su noción tractariana de Bild y se centra en la tesis de los juegos de lenguaje, donde los léxicos aparecen más como una herramienta, que como piezas de un rompecabezas, lo que nos invita a  pensar que no todos los léxicos son prescindibles o reductibles a otros léxicos; según Rorty, esto también evita considerar la idea de que los léxicos se pueden unir en un gran superléxico unificado.

Rorty rechaza la visión teleológica de que el lenguaje tiene un propósito, para lo cual concibe la historia del lenguaje como la historia de la metáfora. Utiliza como metáfora la teoría de la evolución de Darwin para plantear que los léxicos evolucionan tal como lo han hecho las orquídeas o los antropoides. Así:

Tenemos que considerar la constelación de fuerzas causales que llevaron a hablar del ADN o del Big Bang como las mismas fuerzas causales que llevaron a hablar de “secularización” o “capitalismo tardío”.(Rorty 1991, pp 37)

Según Rorty, la distinción de Davidson entre lo literal y lo metafórico como un uso habitual y un uso inhabitual de sonidos y marcas (en lugar de cómo dos significados distintos),  nos permite afirmar que la utilización de metáforas para la creación de nuevos léxicos supone disponer de nuevas herramientas para hacer cosas que antes no hubieran sido posibles sin ellas (gracias a ese uso inhabitual).

Así, la filosofía davidsoniana del lenguaje permite concebir el lenguaje tal como la teoría de la evolución concibe la vida:

…..concibe el lenguaje tal como nosotros vemos ahora la evolución: como algo compuesto por nuevas formas de vida que constantemente eliminan a las formas antiguas, y no para cumplir un propósito más elevado, sino ciegamente. (Rorty 1991, pp 39)

Para Rorty, el mundo no proporciona ningún criterio para elegir entre dos metáforas, por lo que sólo cabría esperar al resultado de la comparación entre  metáforas o lenguajes a lo largo de la historia futura, ya que no podemos compararlas con algo que llamamos “hecho” y que se sitúa más allá del lenguaje.

Rorty formaliza su razonamiento diciendo:

Excluir la idea del lenguaje como representación y ser enteramente wittgensteiniano en el enfoque del lenguaje, equivaldría a desdivinizar el mundo. Sólo si lo hacemos podemos aceptar el argumento presentado anteriormente: el argumento de que hay verdades porque la verdad es una propiedad de los enunciados, porque la existencia de los enunciados dependen de los léxicos, y los léxicos son hechos por los seres humanos. (Rorty 1991, pp 41)

Rorty finaliza el ensayo concluyendo que intentamos llegar al punto en que ya no veneramos nada, el punto que, en palabras de Freud, sería “tratar el azar como digno de determinar nuestro destino”

3) Dificultades en relación con los conceptos

a)Solemos entender Léxico como el grupo de palabras bien definidas que conforman el vocabulario de un idioma.

Para nuestra reflexión, este concepto (vocabulary en el original inglés) requiere ser tomado en consideración junto a otros dos conceptos fundamentales que maneja Rorty:

  • La idea de que los seres humanos son simples redes de creencias y deseos,  y no seres que tienen creencias y deseos.
  • El concepto de juegos de lenguaje tal como lo describe el segundo Wittgenstein en sus “Investigaciones filosóficas”.

Así, el léxico debe ser considerado en relación con un conjunto de creencias y deseos de seres humanos que práctican juegos de lenguaje en base a las palabras que forman ese léxico. Su significado vendría dado por el uso, y el concepto de léxico vendría inevitablemente asociado con las comunidades que lo utilizan, formándose una tríada léxico-juego de lenguaje-comunidad.

b)Es difícil hablar de contingencia sin precisar el concepto.

Dado que Rorty niega la posibilidad de la metafísica, para él todo será metafísicamente contingente.

Por tanto, partiremos de las definiciones siguientes:

  • Una proposición es necesaria si es imposible que sea falsa.
  • Una proposición es contingente si no es necesaria ni imposible.

Observamos que estas definiciones están referidas a proposiciones, por lo que son lógicas, y no metafísicas, y son perfectamente consistentes con la idea de Rorty de que la verdad sólo está en las proposiciones.

Por tanto,  en lo que sigue nos deberemos centrar en el concepto de contingencia aplicado a las proposiciones en sentido lógico.

4) Dificultades metodológicas

En mi opinión, un objetivo de Rorty es sacar la filosofía del espacio que hoy comparte con la ciencia y la religión , y trasladarla al campo donde sitúa al arte y la política.  Para Rorty, el segundo campo se diferencia  del primero por un antiesencialismo radical: trata de hacer sus reflexiones filosóficas poniendo al antiesencialismo como condición de coherencia, lo que le lleva a estructurar sus razonamientos desde la construcción de un léxico totalmente nuevo en el que trata de eliminar las categorías tradicionales manejadas en la filosofía. Este nuevo léxico no se plantea como algo completo, sino como algo que se va construyendo considerando la condición de coherencia mencionada.

Este hecho dificulta extraordinariamente la crítica filosófica a Rorty, ya que éste siempre puede responder disolviendo las categorías que se empleen mediante nuevos conceptos en el léxico alternativo que propone, lo que él mismo plantea como una liberación del “movimiento pendular” que se produce en la historia de la filosofía (realismo vs idealismo, romanticismo vs moralismo, etc.)

Por ejemplo, ante el siguiente razonamiento (ver NOTA1):

  • Partimos del ser humano como algo dado
  • La sentencia ” el lenguaje es una condición de posibilidad del ser humano” es necesariamente verdadera en todos los mundos posibles (es decir, no podemos imaginar un mundo en el que habiendo seres humanos no haya lenguaje).
  • Por tanto el lenguaje no puede ser contingente salvo en un mundo en el que no existieran seres humanos (es decir, en un mundo sin redes de creencias y deseos).
  • Luego el lenguaje no es contingente.

Rorty nos diría que tanto el concepto de lenguaje como el de contingencia son parte de un léxico teñido de esencialismo, y que por tanto el razonamiento no sería aceptable. Diría que el lenguaje no existe fuera de los actos lingüísticos concretos en las redes de creencias y deseos, y que sólo pretende mostrar que todo es contingente (algo requerido por su antiesencialismo radical), incluyendo el yo, que es creado por el uso de un léxico, o la realidad, que es algo indiferente a ser descrita.

Sin embargo, aunque la posición de Rorty implica la construcción de sistemas lógicos a posteriori, basados en conceptos del nuevo léxico que propone (léxico al que somete a condiciones de coherencia que son , de facto,  axiomas ocultos de su filosofía),  sí parece que Rorty acepta que sigamos las reglas tradicionales del razonamiento lógico, así como el principio de causalidad; por ejemplo, en el texto acepta como argumento válido la falacia de petición de principio, o la objeción de inconsistencia autorreferencial (ver nota 2 sobre las confusiones producidas por Nietzsche y Derrida en Rorty 1991, pp 28)

El propio Rorty parte de una renuncia explícita a criticar lo que llama léxicos actuales:

Todo argumento según el cual el uso que corrientemente hacemos de un término corriente es vacío, o confuso, o vago, o simplemente metafórico, es forzosamente estéril e involucra una petición de principio.(Rorty, 1991, pp 29)

Su pretensión es plantear un nuevo método de hacer filosofía usando como modelo el método de los revolucionarios (sean estos políticos utópicos, científicos o poetas), mediante la creación de un nuevo léxico de una manera “holista y pragmática” y tratar de que ese nuevo léxico se presente con el suficiente atractivo para que pueda desarrollarse y sustituir al antiguo.

“…..es implícita o explícitamente una disputa entre un léxico establecido que se ha convertido en un estorbo y un léxico nuevo y a medio formar que vagamente promete grandes cosas”(Rorty 1991, pp 29).

Por tanto, nuestra crítica no puede estructurarse sobre la discusión de los conceptos que propone o los que considera vacíos, sino en el análisis lógico en su totalidad del sistema de creencias que se fundamenta en el nuevo  léxico que propone.

5) Objeciones al ensayo

a) Objeciones sobre su entendimiento de la evolución (ver NOTAS 2 y 3).

Rorty niega toda esencia “ahí afuera”, y justifica todo lo que existe como producto del tiempo y del azar que actúan de manera ciega.  Ahora bien, si consideramos la síntesis evolutiva moderna como el léxico que mejor explica hoy la evolución, se observa que el material genético, cuya expresión son los genes,  es el ladrillo fundamental sobre el que actúa el tiempo y el azar, mediante mutaciones o alteraciones en los procesos de replicación; aún actuando de manera ciega, la evolución lleva implícita una teleología que es la supervivencia de los más aptos (“survival of the fittest”), lo que produce la multiplicidad de las formas de vida así como su enorme diversidad. En este proceso, no se produce una sustitución de lo nuevo por lo antiguo, como parece indicar Rorty,  sino que se producen formas de vida cada vez más adaptadas a la supervivencia, coexistiendo especies muy antiguas con otras que han aparecido recientemente, así como fenómenos de simbiosis aún insuficientemente estudiados (por ejemplo, la colonia bacteriana que forma parte esencial de nuestros intestinos).  La supervivencia de la vida es el absoluto implícito en la síntesis moderna de la evolución. No podemos decir que la vida no existe, sino decir que la vida es el conjunto de todas las formas de vida que comparten la circunstancia de tener genes. Podemos decir que la vida no es algo estático, que cambia, pero no decir que es algo contingente para nosotros. No podríamos ser parte de una red de creencias y deseos sin vida, por lo que para nosotros considerados como tales redes de creencias y deseos la vida sería una condición necesaria.

b) Objeciones sobre las implicaciones de la consideración de los léxicos como herramienta.

Estoy de acuerdo con Rorty en que cuando practicamos un juego de lenguaje, necesitamos utilizar el léxico que nos resulte más eficaz para la situación con la que nos enfrentamos. Por tanto, Rorty tiene razón al afirmar que no todos los léxicos son prescindibles en ese contexto. Sin embargo, cuando hacemos filosofía o nos planteamos el sentido de nuestras vidas, tendemos a usar todos los léxicos a nuestro alcance, léxicos de cuya unión surgiría el superléxico cuya posibilidad Rorty niega. De alguna manera, la unión de todos los léxicos nos daría una visión holística del lenguaje, lo que es consistente con la visión holística del lenguaje en Davidson. Cuando Rorty niega la posibilidad de un superléxico, quizás esté siendo prisionero de su metáfora del lenguaje como herramienta, y no considera una metáfora alternativa del lenguaje como caja de herramientas.

c) Objeciones sobre su fundamentación en la concepción de Davidson

Davidson sitúa como absoluto de su sistema la verdad, y fundamenta su teoría del significado sobre una estructura recursiva del lenguaje basada en la lógica de Tarski. Tenemos pues dos elementos absolutos, y además una visión holística del lenguaje como totalidad.

La fundamentación de Rorty en Davidson, buscando eliminar el carácter absoluto del lenguaje le lleva, implícitamente a aceptar el carácter absoluto de la verdad, lo cual es inconsistente. Esto nos hace pensar en un uso “táctico” de las ideas de Davidson para justificar el nuevo léxico que propone.

d) Objeciones sobre la metodología

La única posibilidad de refutar las tesis de Rorty dentro de su marco conceptual, sería esperar pacientemente el paso del tiempo, lo que nos diría si las tesis de Rorty y sus léxicos son capaces de imponerse o no en el mundo futuro. Por tanto, no merecería la pena ni el esfuerzo ni el tiempo que empleemos en discutir sus tesis, ya que el debate filosófico exigiría volver a un sistema de categorías explícitamente impugnado. Sólo nos cabría  hacer más atractivas nuestras tesis reformando nuestros léxicos actuales, para que  compitan con los léxicos de Rorty  y sentarnos a esperar el dictamen del tiempo y el azar; mientras tanto, nos consolaríamos trabajando con las instancias de poder de nuestra sociedad para realizar acciones pragmáticas que faciliten el triunfo futuro de nuestras tesis.

e) Objeciones contra la falta de precisión en el uso del concepto de lenguaje:

Estoy de acuerdo con Rorty de que las metáforas son contingentes, pues una vez que triunfan se incorporan en los léxicos y se convierten en metáforas muertas.

También estoy de acuerdo con la idea de que las metáforas nos permiten la creación de nuevos léxicos.

Sin embargo, no considero aceptable manejar el concepto de lenguaje o de léxico como un sinónimo o sustitutivo de metáfora, ni tampoco manejar indistintamente léxico y lenguaje. El lenguaje que nosotros usamos contiene unos léxicos, entendidos como vocabularios, que se van ampliando y ajustando con el paso del tiempo, y con esos léxicos componemos oraciones y metáforas.

Siempre que practicamos un juego de lenguaje en un lugar y un momento del tiempo, usamos un léxico que lo hace posible; usando ese léxico construimos proposiciones, algunas de las cuales son metáforas.

Si entendemos el lenguaje como el conjunto de todos los léxicos y metáforas que emplean las redes de creencias y deseos que constituimos, el lenguaje no puede ser contingente para la formulación de esas metáforas, mientras que sí lo son tanto las metáforas, como los léxicos o, incluso,  una lengua concreta.

f) Objeciones sobre el razonamiento base

La estructura lógica que utiliza Rorty es la siguiente:

  • La verdad no existe en el mundo (por tanto no es algo que se encuentre)
  • La verdad sólo existe en las proposiciones
  • La verdad es determinada por los seres humanos

Si este razonamiento fuera válido, la conclusión que se sigue sería que la verdad es contingente , siempre que aceptemos otra proposición implícita de la forma: “Toda verdad determinada por los seres humanos es contingente”.  De aquí no se sigue ninguna conclusión en relación con el lenguaje y su contingencia, salvo que asumamos la tesis de Davidson sobre la verdad como significado. Ahora bien, si aceptamos esa tesis, incurriríamos en una contradicción, ya que Davidson considera la verdad como algo absoluto a la hora de construir su teoría del significado.

Por otra parte, para objetar el razonamiento de Rorty, bastaría que fuéramos capaces de justificar alguna de las proposiciones siguientes:

  1. Existe algo en el mundo que sea verdadero por sí mismo.
  2. La verdad no sólo existe en las proposiciones
  3. Existen criterios de verdad no determinados por un ser humano.

Consideremos una máquina calculadora que sirviera para verificar cualquier cálculo aritmético que deseáramos, y que funcionara de la siguiente manera: En primer lugar le suministraríamos la fórmula aritmética concreta que deseamos verificar, y en segundo lugar le suministraríamos el resultado  de ese cálculo que pensamos que es el correcto. La máquina nos contestaría con una de las dos respuestas siguientes: a) Verdadero. B) Falso

Esta máquina nos proporcionaría un criterio de verdad donde no intervendría ningún ser humano, verificando el punto 3, lo que refutaría la argumentación de Rorty.

Este argumento se puede sofisticar todo lo que se quiera, por ejemplo considerar una máquina de fotos con un sistema de reconocimiento facial basado en algoritmos de “machine learning”, y que nos permitiera reconocer la veracidad o falsedad del nombre de una persona a partir de su cara, sin ninguna intervención humana.

g) Reflexión lógica:

En el ensayo Rorty no demuestra ni justifica que la proposición P: “El lenguaje es contingente” es verdadera, pese a que es una afirmación que se puede hacer perfectamente en el contexto de su creencia de que la verdad sólo se encuentra en las proposiciones. La justificación que plantea en el ensayo podría ser válida para las proposiciones: “Las metáforas son contingentes” o “Los léxicos son contingentes”. Por otra parte, negar la existencia del lenguaje, nos llevaría a que la proposición P no tiene sentido.

Por tanto el título del ensayo, si bien impactante, no está justificado salvo que admitamos que lenguaje es sinónimo de léxico o de metáfora, lo cual es difícil de conciliar si lo pensamos como el sistema de sonidos y signos que posibilitan la comunicación entre nosotros.

6) Conclusión

Para asumir las tesis de Rorty tenemos que partir de los axiomas siguientes (que en mi opinión no son consistentes entre sí):

  • Antiesencialismo
  • No hay teleología (no reverenciar nada, por lo que se elimina no sólo a Dios sino cualquier absoluto que actúe como sustitutivo del absoluto que representa Dios, i.e. el mundo, el lenguaje, la verdad, etc.)
  • Todo es producto de un proceso ciego basado en el azar y el tiempo (darwinismo radical)

En este sistema, todo es contingente, por tanto el lenguaje sería también contingente.

Sobre estos axiomas, podemos construir un léxico que disuelva cualquier concepto que nos plantee problemas en contra de los conceptos implícitos en el léxico.

Así, la antimetafísica de Rorty nos conduce a una metafísica de la nada , basada en los principios anteriores que se convierten en axiomas no discutibles. No pretendemos refutar aquí estos axiomas, sino tan sólo hacerlos explícitos con dos objetivos: a) mostrar que hay algunas contradicciones entre los argumentos de Rorty y sus axiomas implícitos. b) dejar claramente establecidos los axiomas que actúan como peticiones de principio (no explícitas) en la construcción argumental de Rorty.

El método de Rorty busca convertir sus creencias (las de un poeta y un revolucionario utópico) en una filosofía, creando un léxico que sustituya el de la tradición filosófica, pero sin declarar que ese léxico está basado en los axiomas que fundamentan sus creencias, ni estipular una base común (por ejemplo la lógica) que posibilite un debate fructífero con la tradición filosófica que busca disolver. La conclusión de ese esfuerzo, como dice Rorty al final del ensayo, es la nada.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

  1. Davidson, D (1967): “Verdad y significado” en Valdés Villanueva (2005)
  2. Davidson, D (1973): “Interpretación radical” en Valdés Villanueva (2005)
  3. Davidson, D (1978): “Lo que significan las metáforas” en Valdés Villanueva (2005)
  4. García Suarez, A (2011): Modos de significar. Madrid. Tecnos
  5. Malpas, Jeff, “Donald Davidson”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2015 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL = <https://plato.stanford.edu/archives/fall2015/entries/davidson/>.
  6. Rorty, R (1979) : La filosofía y el espejo de la naturaleza. Madrid. Cátedra.
  7. Rorty, R (1990) : El giro lingüístico. Barcelona. Paidós.
  8. Rorty, R (1991): Contingencia, ironía y solidaridad. Barcelona. Paidós.
  9. Tarski, A (1944): “La concepción semántica de la verdad y los fundamentos de la semántica” en Valdés Villanueva (2005).
  10. Tarski, A (1985) : Introducción a la lógica. Madrid. Espasa Calpe
  11. Valdés Villanueva, LM (2005): La búsqueda del significado. Madrid. Tecnos
  12. Wittgenstein, L (1988): Investigaciones filosóficas. Barcelona: Crítica

 

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NOTA1: La contingencia del ser humano

 

Si consideramos todos los mundos lógicamente posibles, vemos que el ser humano es contingente. Ahora bien, examinando esta tesis caben dos opciones:

  1. Si aceptamos la tesis de Kant de que la lógica es una condición a priori, la lógica existiría en todo los mundos posibles y por tanto, en la medida en que la lógica implica un lenguaje formal, éste lenguaje no sería contingente, sino necesario en todos los mundos posibles. Por tanto, el lenguaje sería necesario.
  2. Si no aceptamos que la lógica es una condición a priori, sólo tiene sentido considerar como posibles los mundos donde existan seres con capacidad para el conocimiento empírico utilizando estructuras lógicas a posteriori. Aunque podría haber “criaturas extraterrestres” producto del proceso evolutivo que cumplieran la condición anterior, para simplificar la exposición, partimos del ser humano como dado, es decir, partimos del ser humano como condición necesaria para todos los mundos en los cuales fuera posible el conocimiento empírico en base a estructuras lógicas hechas a posteriori.

NOTA2: Sobre la evolución , el tiempo y el azar

La concepción más aceptada de la teoría de la evolución es que las entidades que participan en el proceso de evolución tratan de sobrevivir y reproducirse de manera activa; el proceso observado no se corresponde con un comportamiento caótico de los seres vivos (algunos de los cuales se reproducirían o lucharían para sobrevivir y otros no), sino que todos los seres vivos tratan de sobrevivir y reproducirse, lo que apunta hacia una posible teleología. Jacques Monod introdujo en 1970 el concepto de teleonomía en su libro “El azar y la necesidad” para señalar una “finalidad aparente” de los procesos evolutivos, con objeto de evitar todo rastro de una teleología. Así , las entidades tratarían de reproducirse y sobrevivir de manera ciega, es decir, no habría ninguna finalidad que guiaría su actividad en la dirección de la reproducción y la supervivencia.  Sin embargo, a la hora de explicar el incremento de la frecuencia de una variante en un población, los biólogos más modernos están postulando alguna forma de teleología (ver referencias de Ayala, Ruse, Caponi) ya que el concepto de teleonomía aparece como insuficiente. Aunque la cuestión no está dilucidada, lo que es evidente es que el tiempo y el azar, aunque se acepten como condiciones necesarias, no parece que sean condiciones suficientes para explicar el proceso de evolución darwiniano. La posibilidad de una teleología implícita (supervivencia), o de algún mecanismo aun no explicado que justifique la tesis de la teleonomía, es lo que me permite optar  por la opción teleológica de la evolución como la más sencilla en el contexto del artículo.

Ayala F. (1999) Adaptation and Novelty: Teleological Explanations in Evolutionary Biology.

Studies in History and Philosophy of Biology and Biomedical Sciences 21 (1).

Caponi G. (2003) Darwin: entre Paley y Demócrito. História, Ciências, Saúde. Manguinhos 10 (3).

Ruse M. (2000) Teleology: Yesterday, Today, and Tomorrow?Studies in History and Philosophy of Biological & Biomedical Sciences 31 (1).

 

NOTA 3: Textos sobre darwinismo y teleología

a)Texto extraído del link

https://plato.stanford.edu/entries/teleology-biology/

Opinions divide over whether Darwin’s theory of evolution provides a means of eliminating teleology from biology, or whether it provides a naturalistic account of the role of teleological notions in the science. Many contemporary biologists and philosophers of biology believe that teleological notions are a distinctive and ineliminable feature of biological explanations but that it is possible to provide a naturalistic account of their role that avoids the concerns above.

b) Texto extraído de:O’Grady, R. T. Evolutionary Theory and Teleology. J.Theor.Biol. pag 568 (1984).

However, it appears that Darwin was not trying to remove all teleology from explanations of natural process. Notable are these words of Asa Gray – the New York botanist friend of Darwin:

“let us recognize Darwin’s great service to Natural Science in bringing back to it Teleology: so that, instead of morphology versusTeleology, we shall have Morphology wedded to Teleology.”

To which Darwin responded:

” What you say about teleology pleases me especially, and I do not think any one else has ever noticed the point. I have always said you were the man to hit the nail on the head.” .

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