0) Introducción
El funcionalismo tuvo su origen en la década de los 60 del siglo XX partiendo de los esfuerzos de Hilary Putnam y, posteriormente, Jerry Fodor, que utilizaron la metáfora computacional de la mente para tratar de resolver los problemas planteados tanto en las teoría de la identidad como en las teorías conductistas.
Los esfuerzos de la comunidad científica se orientaron, desde la década de los setenta del siglo pasado, hacia el desarrollo de las ciencias cognitivas siguiendo un enfoque multidisciplinar, que se puede resumir en el célebre hexágono de Howard Gardner, que integraría las siguientes disciplinas : Antropología, Psicología, Inteligencia Artificial, Neurofisiología, Lingüística y Filosofía.
A finales de siglo, Putnam, Fodor y otros famosos funcionalistas, como Ned Block, plantearon serias críticas al funcionalismo que, sin embargo, sigue siendo la filosofía que inspira el enfoque de los programas cognitivistas.
A continuación vamos a tratar de describir el estado de la cuestión
- ¿Cómo surge el funcionalismo?
La consideración de que sólo puede ser objeto de la reflexión científica aquello que pueda ser observado, llevó a la psicología a redefinir el objeto de su estudio. En efecto, la mente (es decir, la psique) es una realidad no observable directamente, por lo que la definición de Brentano de que la psicología es la ciencia que estudia lo mental, planteaba problemas para la investigación basada en un enfoque de naturaleza empírico.
Así, a inicios del siglo XX Wattson y después su discípulo Skinner, consideraron que el estudio científico debía focalizarse en la conducta, como realidad observable empíricamente, dando lugar al conductismo. Este foco en la conducta implicó un abandono de lo mental, ya sea ignorándolo o , en algunos casos, directamente negándolo (conductismo ontológico). La filosofía de la mente era realmente una filosofía de la psicología.
La insuficiencia de los modelos conductistas, que no daban cuenta de la complejidad de los fenómenos mentales, junto con el florecimiento de las ciencias cognitivas y la nueva filosofía de la mente, dio lugar a una crisis en el conductismo volviendo a poner lo mental en el foco de estudio.
La vuelta a lo mental se produjo de la mano de las teorías de la identidad, cuyos planteamientos se basaban en una reducción de lo mental a lo físico, postulando un radical monismo fisicalista, según el cual los estados mentales serían idénticos a los estados cerebrales, propugnando así la identidad de la mente y el cerebro.
La teoría de la identidad posibilitó un importante avance en las ciencias cognitivas, pero resultó insuficiente para dar cuenta de la complejidad de lo mental, aunque posibilitó una mayor comprensión del concepto de estados mentales.
2. ¿Qué son los estados mentales?
Los estados mentales presentan las siguientes características:
- Algunos estados mentales son causados por estados del mundo
- Algunos estados mentales causan acciones
- Algunos estados mentales causan otros estados mentales
- Algunos estados mentales son conscientes
- Algunos estados mentales representan el mundo de alguna manera
- Algunos estados mentales se correlacionan sistemáticamente con estados cerebrales
3. ¿Qué es el funcionalismo?
El funcionalismo supone caracterizar la mente de acuerdo con dos niveles, utilizando la metáfora del computador basado en la máquina universal de Turing. Según esta concepción, tendríamos un sustrato físico (el hardware) y un nivel funcional que daría cuenta de la complejidad de los estados mentales (el software) y que se ejecutaría sobre dicho hardware.
La tesis central del funcionalismo es que los estados mentales están constituidos por sus relaciones causales entre sí y con sus entradas sensoriales y salidas conductuales.
Simplificando podemos decir que los estados mentales son estados funcionales. Las propiedades mentales serían entonces propiedades funcionales
4. ¿Cuáles son sus méritos?
- En primer lugar, supera uno de los problemas clásicos del conductismo al admitir que hay estados mentales que interactúan entre sí
- Al desacoplar la base física cerebral de los estados mentales funcionales, evita la reducción de la psicología a la neurociencia. La psicología sería la ciencia que definiría las funciones de los estados mentales
- El funcionalismo permite la implementación de un estado mental en distintos estado cerebrales, explicando la plasticidad del cerebro (realizabilidad múltiple en el cerebro).De esta manera da cuenta del hecho de que seres con distintas estructuras neurológicas compartan estados mentales.
- La característica de la realizabilidad múltiple abre la posibilidad de construir mentes artificiales, abriendo la puerta a la Inteligencia Artificial así como a conceptualizar inteligencias no humanas (sean o no encarnadas)
- El funcionalismo es perfectamente consistente con la tesis de superveniencia de Donald Davidson: lo mental superviene de lo físico. Este es el concepto de Davidson que sustenta el monismo anómalo, según el cual lo mental no se puede reducir a lo físico, pero las propiedades mentales tendrían un sustrato físico. Un ejemplo clásico para explicar el concepto de superveniencia sería el de un reloj analógico y otro digital. Ambos tienen la misma característica funcional, que es dar la hora, pero difieren en el sustrato físico. Así, aunque el mismo sustrato físico conlleva las mismas funciones, lo contrario no es cierto, y la misma función puede corresponder a dos sustratos físicos distintos. La relación entre las propiedades funcionales, y las propiedades físicas es una relación de superveniencia.
- El funcionalismo es compatible con distintas ontologías: el monismo fisicalista, el monismo anómalo y también con un enfoque dualista. Para que el funcionalismo entrañe el materialismo, se hace necesario añadir el supuesto de que todas las relaciones causales se deban dar entre sucesos físicos, negando toda posibilidad de que un estado inmaterial pueda causar un estado material.
5. Problemas y dificultades del funcionalismo
A continuación, y sin ánimo de ser exhaustivos, señalamos algunos problemas y dificultades con los que se está enfrentando el funcionalismo:
a) Cómo construir los modelos funcionales de una manera plausible.
En primer lugar, es importante que entendamos la dificultad de construir en la práctica un modelo funcional de la mente.
Para construir los modelos funcionales de los estados mentales el modelo canónico utilizado ha sido el de Lewis, que utiliza para describir los estados mentales las sentencias de Ramsey, que son sentencias con estructura lógica definidas partiendo de alguna teoría psicológica, ya sea empírica o una teoría “popular” basada en el sentido común. De esta manera se construiría un correlato funcional que no contendría los términos mentales que se están describiendo.
Las cuestiones a caracterizar son tan diferentes como los inputs sensoriales, los outputs conductuales, los estados mentales experienciales y los estados mentales intencionales. Como veremos a continuación, las caracterizaciones realizadas hasta ahora producen una larga lista de dificultades
Hay que entender que el funcionalismo exige definir todos los estados mentales como estados funcionales, lo que podemos considerar una forma de reducción, ya que no debería haber nada en un estado mental que no pudiera ser definido por un estado funcional.
b) Problema de las actitudes proposicionales
Cuando un estado monádico, como puede ser el dolor, refiere a estados de creencia u otras actitudes proposicionales, nos encontramos que no hay límite superior al número de actitudes proposicionales posibles. Fodor trató de solventar este problema, asociado con el de la productividad del lenguaje, postulando un lenguaje de pensamiento que, hasta la fecha, no se ha concretado.
c) El problema del espectro invertido:
Supongamos dos sujetos que están en el mismo estado mental (ver el color rojo), pero uno de ellos es daltónico. Tendríamos la misma función dando como output “ver el color rojo”, pero correspondiendo a dos inputs distintos.
d) Problema de los qualia
Cuando consideramos las experiencias fenoménicas, como “el sabor de una naranja”, o “el olor de una rosa”, el funcionalismo tiene dificultades en cualificar la enorme variedad de estas experiencias que suponen de facto estados mentales distintos en personas distintas, partiendo de la misma sensación como input.
e) Objeción del “cerebro de China”.
Supongamos que hemos conseguido una completa descripción funcional del cerebro, y que esa descripción está basada en el funcionamiento de mil millones de neuronas cuyos estados están perfectamente identificados. Ned Block se imagina sustituir cada neurona de nuestro cerebro por un habitante de china, al cual dotaríamos del manual de estados e instrucciones de la neurona que sustituiría y una radio para comunicarse con los demás. Ante un input dado, podríamos imaginar que los habitantes de China producirían un output equivalente al del cerebro que se está simulando. Sin embargo, no parece que al conjunto de habitantes de China se les podría atribuir estados cualitativos, ni tampoco creencias o deseos. Parecería que falta un yo que pueda aportar la visión subjetiva de la realidad.
f) Cuestiones relacionadas con la realizabilidad múltiple:
Las ventajas de un funcionalismo con realizabilidad múltiple plantean el problema de los límites de los modelos basado en máquinas de Turing (ver el caso del robot de Block), ya que se hace muy difícil asignar estados mentales a una máquina que simula el comportamiento del cerebro.
g) Significado
Hay controversia sobre la tesis del funcionalismo que señala que la comprensión del significado de una palabra dada, es un estado funcional.
Putnam y Fodor critican la idea de que el significado de las palabras corresponda exactamente con su función, que es la tesis de los seguidores de la semántica del rol conceptual. Entonces, ¿cómo podemos caracterizar funcionalmente la comprensión del significado de las palabras?
h) Habitación china de Searle
Determinados estados mentales intencionales tienen indudables características semánticas.
En el experimento de la habitación China, Searle trata de demostrar que no puede crearse un nivel semántico partiendo exclusivamente de niveles sintácticos basados en una maquina universal de Turing.
Imaginemos que hemos escrito un completo programa de ordenador que es capaz de traducir perfectamente del español al chino. Trasladamos las instrucciones del ordenador a un completo manual de instrucciones que proporcionamos a una persona, que desconoce el chino, encerrada en una habitación. A cada sentencia suministrada en español , la persona contestaría con su traducción al chino, siguiendo el manual de instrucciones .
Los usuarios de la habitación china, pensarían que la persona en el interior conoce y entiende el chino. Ahora bien, por el hecho de saber manejar un manual de instrucciones, es evidente que no podemos decir que la persona comprende el chino.
i) Externismo
Putnam estableció, basado en sus argumentos sobre la “Tierra Gemela”, que el significado y el contenido están en parte en el mundo y en parte en la comunidad lingüística. Esto obliga a las teorías funcionales a incorporar los objetos que se ven y se manipulan, en lo que se denominaría “teorías funcionales long-arm”, poniendo en seria dificultad a las teorías llamadas “short-arm” que se detienen en la superficie del cuerpo.
En definitiva, el funcionalismo sostiene que una propiedad mental determinada es equivalente a otra propiedad funcional determinada. Las dificultades mostradas nos llevan a pensar que las propiedades cualitativas de los estados mentales fenoménicos (como el sabor, color, etc.) y las propiedades semánticas de los estados mentales intencionales (como las creencias, los deseos, etc.) pueden no ser explicables desde presupuestos funcionalistas.
6. Conclusiones
El funcionalismo, ha ido sofisticándose a lo largo de los años, y podemos clasificar al menos tres variantes del mismo: el funcionalismo computacional, el funcionalismo analítico y el psico-funcionalismo.
Pese a las dificultades y objeciones que tiene pendientes de resolver, el funcionalismo parece ser la mejor opción para la filosofía de la mente en estos momentos y continúa siendo la filosofía de referencia para los programas cognitivistas.
Los avances de la neurociencia pueden dar una explicación más precisa del funcionamiento del cerebro lo que puede llevar a tratar de volver a las teorías de la identidad; sin embargo, estos avances benefician por igual las tesis funcionalistas que se muestran mucho más flexibles a la hora de dar cuenta de la enorme complejidad que supone el problema de la mente.
Por otra parte, los avances en la computación, en concreto la computación cuántica, abre un nuevo potencial explicativo, aún no incorporado en la filosofía de la mente, posiblemente debido a su insuficiente desarrollo teórico.
Parte de los problemas del funcionalismo se basan en que heredan algunos problemas del conductismo, por el hecho de haber definido la salida (“output”) de las funciones en términos conductuales; en mi opinión, una reflexión sobre la naturaleza de los tipos funcionales y los inputs y outputs podría corregir esta cuestión.
Por último, una línea posible de investigación sería desarrollar una teoría funcionalista del significado.