¿Cómo conciliar los ámbitos de la Sociedad y el Estado?, ¿cómo evitar que los actores políticos terminen actuando en contra de la mayoría de la población?, ¿cómo conseguir una acuerdo entre la pluralidad de intereses y expectativas existentes en nuestra actuales sociedades?…
Estas preguntas nos plantean una serie de retos a la hora de construir nuestro modelo de convivencia… cuestionamientos y retos que hemos intentado abordar en las últimas entregas de Informe Sicomoro…
Dinámicas y procesos problemáticos
En la entrega correspondiente al mes de mayo, hemos abordado las diferencias que existen entre los ámbitos políticos y social. Hemos visto que cada dimensión responde a causas, funciones y orígenes variados, por lo que no resulta extraño que, en la práctica, sigan caminos diferenciados.
Este hecho, que es natural, puede volverse problemático cuando se genera una dinámica de incomunicación entre ambas esferas. Es decir, que la sociedad y las instituciones políticas sigan caminos completamente paralelos y no exista posibilidad de comunicación entre ellas.
Este hecho si resulta preocupante y puede ser la antesala de un conflicto…
Cuando la esfera social y las instituciones políticas entran en conflicto todo nuestro modo de vida se vuelve inestable…
Para prevenir que esta situación pueda convertirse en problemática se han creado una serie de instituciones de intermediación, cuya función es permitir que se establezca una comunicación fluida entre ambas dimensiones.
La principal de estas instituciones de mediación, a la que hemos llamado instituciones puente, es el Estado.
Nuestra investigación posterior, nos ha permitido descubrir que uno de los problemas más importantes que tiene la interacción entre las dos esferas( la social y la política) es que el Estado ha ido perdiendo, poco a poco, ese papel mediador y se ha terminado alineando del lado de las instituciones políticas…
¿Por qué ha ocurrido esto?, ¿qué dinámicas y procesos han permitido que se de esta situación?, ¿cuáles han sido los agentes involucrados en este fenómeno?… Son varias de las preguntas en torno a las que giró nuestra reflexión el mes de mayo.
Persona: conciencia y libertad
En el informe del mes de junio, abordamos con mayor profundidad uno de los aspectos fundamentales, a nuestro juicio, de este divorcio entre la sociedad y la política… fenómeno al que denominamos el eclipse de la persona.
En aquella ocasión definimos el Eclipse de la persona como :
Un proceso de pensamiento y actuación en el que se deja de tener como referente a las personas, como seres independientes capaces de tener una opinión y una voluntad propias.
En otra palabras, era un modo de relación en el que los seres humanos se convertían en simples engranajes o elementos dentro de una estructura, sobre la que no tenía ningún control.
Cuando se llegaba a este escenario, cuando la persona se veía absorbida por la identidad colectiva y por el estereotipo se podía producir un proceso de despersonalización; que a final nos terminaría convirtiendo en autómatas, en máquinas guiadas por el principio de acción y reacción.
Al revisar diferentes Isomorfismos históricos descubrimos que este fenómeno, el eclipse de la persona, ha estado presente en diferentes hechos de ingrata memoria:
- El Régimen del Terror de Robespierre.
- La ascensión del fascismo en la Europa de principios del siglo XX.
- La Segunda Guerra Mundial.
- La Represión del Régimen Soviético.
Gracias a Hannah Arendt pudimos apreciar un análisis concreto de las consecuencias más recordadas de esta dinámica: El nazismo (los campos de exterminio) y el estalinismo (el Gulag)….
Emergencia de la persona
Pero nuestro análisis no se queda en la desesperanza y la desazón, creemos que todavía hay motivos para pensar que puede haber un futuro mejor, que las cosas pueden cambiar… que nuestra convivencia futura puede ser mejor.
El principal motivo lo hemos encontrado en una dinámica de (re)emergencia de la persona, en el marco de las instituciones política y de la sociedad…
Este es un proceso incipiente, que aún requiere de consolidación, por lo que sigue siendo una labor pendiente…
La figura del líder…
En este punto, otra de nuestras principales conclusiones es la necesidad de contar con un liderazgo adecuado, que pudiera favorecer que esta labor sea llevada a cabo. Pero,…
¿Qué es un líder?, ¿cuál es su función en el marco de una comunidad?, ¿por qué es importante su papel?, ¿cómo ejercer sus funciones?,…
Los conceptos de líder y liderazgo son bastante amplios y admiten muchas acepciones. Aunque, en líneas generales, se puede definir al líder como:
La persona a la que un grupo sigue, considerándola como jefe u orientador
Y el liderazgo es el ejercicio efectivo de dicha condición.
Desde la más remota antigüedad, las diferentes agrupaciones de personas han escogido a uno de entre sus miembros para fuera el guía de la comunidad. Esta persona tenía como principal misión velar y garantizar el bienestar de todo el conjunto…
En la prehistoria, el líder tenía la responsabilidad de establecer las rutas de migración, escoger los lugares donde permanecer y por cuanto tiempo duraría esa estadía… sobre sus hombros descansaba la supervivencia de toda la comunidad.
Igualmente, se encargaba de mediar en las disputas y conflictos, que surgieran entre los miembros de la comunidad, establecer las normas de convivencia y favorecer la interacción positiva entre ellos. Es decir, mantener unidos a todos los miembros y evitar que surgiera el conflicto entre ellos.
Debido a que este tipo de agrupaciones eran pequeñas, el líder podía tener un contacto personal y directo con cada uno de los miembros…
Los conocía a todos, todos lo conocían a él, sabía sus problemas, sus preocupaciones y sus necesidades. La comunidad era una gran familia y los líderes eran un miembro más de la misma…
El líder no se reducía a cumplir una función específica dentro de la colectividad. Sobre todo, era una persona, un ser cercano al que le podíamos contar nuestros problemas y que nos ayudaría de manera desinteresada.
La persona que ejercía el liderazgo no se definía sólo a partir de su función de guía, se percibía a sí mismo como un miembro más de la comunidad. Sabía que su vida estaba conectada con la de los demás.
En fin, el líder ejercía una función de mediación entre la comunidad y las decisiones de tipo político que se tomarán dentro de ella. Era otra institución puente que permitía tener una fluidez comunicativa dentro del grupo.
En la actualidad, muchas de las críticas, quejas y protestas surgidas desde el ámbito de la sociedad, apuntan directamente a que ha habido un cambio en la figura del líder:
- Ya no aparece como esa persona cercana y comprensiva, que está dispuesta a escucharnos y a ayudarnos en lo posible.
- Se ha perdido ese sentido de pertenencia a la comunidad (puede llegar a actuar como un ser superior o un agente externo al grupo)
- Ha ganado preponderancia, dentro de su figura, el cumplimiento de funciones.
- Ha desaparecido la dimensión personal del líder, que se ha convertido en un agente (un ser que se define de manera exclusiva a partir del cumplimiento de unas funciones).
- Por todo ello, no puede desempeñar esa función de mediación e integración.
¿Cuáles son las causas de esta evolución patológica de la figura del líder?, ¿cómo se ha desarrollado históricamente este proceso?, ¿se puede corregir esta dinámica?, ¿qué podemos hacer nosotros para mejorar esta situación?… son preguntas que debemos abordar en nuestra próxima entrega por cuestiones de espacio.
Comunicación y visión integral
Concluyendo, volvemos a encontrarnos en un escenario caracterizado por la incomunicación y la separación radical entre las diferentes ámbitos y dimensiones que caracterizan a la realidad…
Muchas de nuestras problemáticas actuales derivan de este hecho, de esta separación radical entre esferas que se ha impuesto en la realidad: en nuestras comunidades de convivencia y en nuestra personalidad…
Frente a ello, la visión sistémica nos anima a reconstruir esos lazos, esas vías de comunicación… No invita a tener una visión integral de la realidad (comprenderla como un conjunto). Una labor que buscamos promover a partir de este espacio de reflexión.
Hasta el próximo Informe Sicomoro!