Colaboración especial de Raúl López (Estudiante del Máster en Física de los Sistemas Complejos del IFISC- UIB- CSIC) y Pablo Rosillo (Becario Sicómoro para cursar el Máster en Física de los Sistemas Complejos del IFISC- UIB- CSIC)
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Cada quincena, una lengua indígena desaparece de la faz de la Tierra. Este fenómeno se extiende globalmente a todas las lenguas minoritarias del mundo implicando, así, la paulatina desaparición de la diversidad cultural de la que gozamos, pues las lenguas son vehículos de expansión y conservación cultural.
Para luchar contra este fenómeno debemos comprenderlo primero. Para ello, desde el estudio de los sistemas dinámicos se han propuesto varios modelos que pretenden estudiar, de manera simplificada, cómo procesos sociolingüísticos influyen en la evolución del número de hablantes de una lengua. Veamos algunos de los más interesantes.
En 2003, Abrams y Strogatz inauguraron este campo de investigación con una publicación en Nature bajo el flamante título “Modelizando la dinámica de la muerte de las lenguas”. En dicho estudio propusieron un modelo para analizar la proporción de hablantes de una lengua minoritaria en función del tiempo.
Para ello, consideraron una comunidad de hablantes con dos lenguas, sin estructura espacial ni social, en la que todos hablan con todos y en donde los bilingües no existen. No es nada realista esta consideración, estaréis pensando. Y, en efecto, no lo es. No obstante, el modelo de Abrams y Strogatz es de elevada relevancia histórica, pues sentó el precedente necesario para desarrollar un nuevo campo de investigación.
En dicha comunidad de hablantes la probabilidad de que uno de ellos cambie de lengua viene influida por dos conceptos clave: la reputación social de las lenguas y la linealidad de la dinámica. Lo primero es sencillo de comprender y lo observamos día a día aquéllos que vivimos en comunidades bilingües: cada lengua tiene una reputación social distinta. En el caso de España, multitud de personas consideran – desafortunadamente – que la lengua regional es una lengua de segunda, relegada a los pueblos y al ámbito familiar frente al español, lengua de utilidad en el ámbito profesional e internacional. Este fenómeno influye de manera que, en la comunidad de hablantes del estudio de Abrams y Strogatz, la lengua con menor reputación social está abocada a la extinción. Por otro lado, la linealidad de la dinámica es un concepto más abstracto que se corresponde, a grandes rasgos, con la dificultad del proceso de cambio de lengua.
El modelo de Abrams y Strogatz determina, por tanto, que la clave para luchar contra la desaparición de una lengua es contribuir al aumento de su reputación mediante, por ejemplo, políticas públicas institucionales o en el ámbito de la educación.
Evolución de la proporción de hablantes de gaélico escocés en Sutherland, Escocia (a) y del Quechua en Huanuco, Perú (b) a lo largo de los años. Una proporción igual a 0.9 significa que el 90% de los habitantes hablan dicho idioma. Los cuadrados son datos oficiales y las líneas son ajustes del modelo de Abrams y Strogatz a los datos disponibles. Dichos ajustes vaticinan una rápida desaparición de las lenguas, las cuales tienen una reputación más baja que el inglés (en el caso del gaélico escocés) o el español (en el caso del quechua). Dicha reputación viene dada por s. Si s < 1/2, la lengua bajo estudio tiene menor reputación social que su competidora. Extraído de Abrams y Strogatz, 2003
En 2006, tres científicos del IMEDEA (y posteriormente del IFISC) introdujeron un nuevo modelo de evolución lingüística al que nos referiremos como modelo de Castelló et al. por su autor principal. Este tenía como novedad considerar lo que había hecho al modelo pionero de Abrams y Strogatz perder credibilidad al no considerarlo: la existencia de bilingües. Teniéndolos en cuenta, ahora la población estaba compuesta por tres grupos: las dos fracciones de monolingües y la de hablantes de ambos idiomas. Esta adición trajo consigo un nuevo enfoque al modelo: una persona que comenzara a hablar una lengua no podía dejar de hablar la otra, y un hablante solo podía parar de usar una lengua si antes usaba las dos. En términos más físicos, las transiciones entre lenguas ocurrían teniendo el bilingüismo o bien como punto de partida, o bien como punto final.
Pese a este cambio tan fundamental, heredó varias ideas del modelo primogénito de Abrams y Strogatz. Los distintos grupos de hablantes se formaban en función del lenguaje que usaran, y seguía usando las ideas del prestigio de los dos idiomas y la linealidad de la dinámica.
En función del valor numérico de estos dos conceptos, este modelo es capaz de reproducir dos evoluciones principales: extinción de los hablantes de una lengua (monolingües de dicha lengua y bilingües) y coexistencia de los tres grupos de hablantes.
Este modelo es similar al presentado en 2005, por J. Mira y Á. Paredes, dos científicos gallegos. Ellos modelizaron una población con monolingües y bilingües cuyas probabilidades de transición y dinámica eran muy similares a las del ya existente modelo de Abrams y Strogatz. Sin embargo, incorporaron un concepto lingüístico como es la similitud entre dos lenguas, desarrollado teóricamente con anterioridad en el campo de la sociolingüística, pero muy complicado de medir en un caso práctico. En virtud de esta similitud, las probabilidades de cambiar de monolingüe a monolingüe (cambiar de lengua) o de monolingüe a bilingüe (aprender una lengua nueva) son distintas morfológicamente.
Llegados a este punto, puede dar la sensación de que las bases principales de los modelos de competición lingüística han sido totalmente fijadas por los dos últimos modelos, donde ya se tenía en cuenta el bilingüismo. Y que, como mucho, todo lo que queda es aumentar el número de parámetros para reproducir con mayor precisión la situación. Pero nada podría estar más lejos de la realidad. En 2021, otros tres científicos del IFISC presentaron un nuevo modelo. Haremos referencia a este como el modelo de Louf et al. en honor a su autor principal. Por supuesto, seguía teniendo en cuenta la existencia de bilingües. Pero ahora la población no se agrupa por las lenguas que usa, sino por las que sabe hablar. Parece un cambio muy nimio, e incluso hay quien argumentará que ambas divisiones son la misma. Pero basta imaginar a una persona originaria de Valencia, que haya ido a trabajar a Madrid, y que por cualquier motivo no mantiene contacto con su familia valenciana. Bajo estas circunstancias, esta persona con alta probabilidad no hablará ya valenciano, pero eso no implica que no sepa hablarlo.
Este cambio de paradigma viene acompañado de un cambio en los procesos de adquisición y pérdida de un idioma. Ya no se trata de mecanismos en los que una persona comienza a usar y deja de usar una cierta lengua a lo largo de su vida. El proceso de aprendizaje de una lengua se asume como un proceso educacional en el que un monolingüe pasa a ser bilingüe, y el de pérdida de una lengua como un proceso en el que un padre bilingüe solo transmite a su hijo/a un solo idioma. Estos nuevos mecanismos se introducen en el modelo considerando, por un lado, la diferencia de tiempo que lleva un proceso de aprendizaje, frente a un cambio de generación, y por otro la predisposición de los padres bilingües a transmitir un idioma u otro. Además, hereda del modelo de Abrams y Strogatz la idea del prestigio asociado a cada idioma.
Este modelo es capaz de reproducir los dos mismos casos principales que el modelo de Castelló et al.
Siendo este modelo el que incorpora más mecanismos influyentes en la dinámica, podemos ajustarlo a datos existentes acerca del uso y conocimiento del valenciano y del gallego recopilados por la Generalitat Valenciana y el Instituto Galego de Estatística, respectivamente. Al hacerlo, la predicción de este modelo es que en el año 2108 los bilingües en la Comunidad Valenciana representarán un 0.1% de la población valenciana, habiéndose extinguido los monolingües valencianoparlantes. En el caso de Galicia la misma situación se predice para el año 2168.
Ajuste de los datos disponibles acerca del uso y conocimiento del valenciano (izquierda) y del gallego (derecha). En cada figura, el eje vertical representa la proporción de hablantes con respecto al total de población de la región (1.0 es el 100%). es la proporción de hablantes del idioma regional, la de español y la de bilingües.
Decir que las predicciones presentadas del modelo de Louf et al. son catastróficas es quedarse muy corto. La extinción de un lenguaje lleva asociada con ella una pérdida de identidad en las regiones en que se habla de valor incalculable, y casi imposible de recuperar, desvaneciéndose así la tan enriquecedora diversidad cultural presente en España.
Es por esto por lo que es necesario preguntarse: ¿Puede evitarse esta desaparición? Puede dar la sensación de que la respuesta a esta pregunta está fuera de alcance de este artículo y de los modelos que aquí se presentan. Pero si la pregunta se replantea de manera equivalente como ¿Puede cambiarse la tendencia? Ya da la sensación de que está más próxima a las ideas que se han expuesto. En efecto, podemos estudiar si cambiando el valor de los parámetros relevantes del modelo (facilidad para el aprendizaje, prestigio de la lengua…) a partir de un cierto año, se puede alcanzar un estado de coexistencia de los tres tipos de hablantes que perdure en el tiempo.
El resultado de este análisis es, sin duda, esperanzador. Pues, a través de un aumento en la facilidad con la que las personas pueden aprender una lengua y en la voluntad de los padres por transmitir el idioma regional a sus hijos, se consigue una evolución a la situación buscada: los tres tipos de hablantes coexisten y, por ende, la lengua regional no se pierde. Además, este estado se alcanza pese a que el prestigio de la lengua local disminuya. Esto último es importante, pues mientras que la facilidad para el aprendizaje de una lengua y la voluntad de transmisión de ésta dependen exclusivamente de los miembros de la región, el prestigio de ésta no, ya que este parámetro varía a escalas nacionales e internacionales (por ejemplo, la lengua más útil para encontrar trabajo). Esto nos permite concluir que la supervivencia de las lenguas locales depende de las personas que las hablan.
Evolución de la fracción de los tres tipos de hablantes para el valenciano (izquierda) y el gallego (derecha) después del cambio de valor en los parámetros mencionado en el texto. es la fracción de monolingües del idioma regional, la de monolingües del español y la de bilingües. El cambio de parámetros para el valenciano se hace en 2020, mientras que para el gallego en 2030. El eje horizontal representa los años.
Finalmente, no sólo es relevante saber que hay una combinación de parámetros que permite coexistencia, sino también cómo hacer cambiar en la realidad dichos parámetros en las regiones. Los autores de este artículo no somos políticos ni asesores de éstos (ni estamos cerca de serlo) pero, por ejemplo, la rapidez con la que la población aprende una lengua podría aumentar implementando mejoras en el ámbito educativo que facilitaran el acceso al aprendizaje de éstas y los recursos necesarios para ello. Y campañas de publicidad reforzando el nexo cultural entre los habitantes de una región y su lengua local podrían ayudar a aumentar el porcentaje de progenitores que enseñen a las nuevas generaciones el idioma regional.
A lo largo de estos párrafos hemos sido capaces de ver una aplicación de las matemáticas a un ámbito generalmente considerado lejos de ser fisicomatemático como es la lingüística. La unión de ellos se ha conseguido traduciendo factores que juegan papeles fundamentales en la competición lingüística a parámetros y variables, y la evolución de ésta a ecuaciones. Las distintas equivalencias utilizadas por cada grupo de científicos han permitido desarrollar los distintos modelos que hemos expuesto.
Además, hemos sido capaces de demostrar que estos no se limitan a un simple puzle matemático con el que los investigadores en esta área pasan el rato. Aquí hemos visto como con uno de ellos los datos reales de la competición lingüística entre gallego-español y valenciano-español puede ser ajustada eligiendo los parámetros adecuados. También son capaces de aportar un valor añadido a la hora de implementar medidas sobre la población en pro de una coexistencia lingüística al permitir una extrapolación del ajuste para datos futuros, sirviendo así los modelos como una primera opinión para las medidas que sean propuestas, no siendo necesario implementarlas (con el coste que eso conlleva) para ver algún resultado, y pudiendo descartar de antemano las que empeoren la situación, optimizando así la eficacia de las que se apliquen.
Como conclusión, y a modo de reflexión, nos gustaría hacer hincapié en los resultados presentados a partir de los datos reales. Si bien los modelos son teóricos, los datos y la tendencia que el modelo ve en ellos son totalmente reales. Ver que, de dos casos analizados, las dos lenguas regionales están avocadas a la desaparición, no hace tener mayor esperanza en la supervivencia de las lenguas locales en el resto del mundo. Implicando que, muy probablemente, esta amenaza esté teniendo lugar a nivel mundial, poniendo contra las cuerdas la multiculturalidad que tanto enriquece a las distintas poblaciones del mundo y que es seña indudable de la humanidad.
Es necesario ser consciente de esta situación para poder revertirla, y si estos modelos son capaces de dar una primera señal de alarma que haga que se tomen unas primeras medidas para ello, no quedará ni un ápice de duda sobre su utilidad.
Referencias
- Abrams, D., Strogatz, S. Modelling the dynamics of language death. Nature 424, 900 (2003). https://doi.org/10.1038/424900a.
- Castelló, V. M. Eguíluz, and M. S. Miguel, “Ordering dynamics with two non-excluding options: bilingualism in language competition,” New Journal of Physics, vol. 8, pp. 308–308, (2006).
- Vazquez, X. Castelló, and M. S. Miguel, “Agent based models of language competition: macroscopic descriptions and order–disorder transitions,” Journal of Statistical Mechanics: Theory and Experiment, vol. 2010, p. P04007, (2010).
- Mira and A. Paredes, “Interlinguistic similarity and language death dynamics,” Europhysics Letters (EPL), vol. 69, p. 1031–1034, (2005).
- Louf, D. Sánchez, and J. J. Ramasco, “Capturing the diversity of multilingual societies,” Phys. Rev. Research, vol. 3, p. 043146, (2021).
- “Generalitat Valenciana: Fons de dades numèriques”, https://ceice.gva.es/va/web/ fondo-estadistico-documental/fondo-datos-numericos.
- “Enquisas do IGE.” https://gl.wikipedia.org/wiki/Lingua_galega.