¿Qué sabemos acerca del liberalismo ?
Uno de los conceptos más usados en la reflexión económica, filosófica, social y política es el de Liberalismo. Todos tenemos una opinión acerca de lo que significa, de su papel en nuestras comunidades y de la forma como afecta nuestras vidas. Pero ¿sabemos cuál fue su origen histórico?, ¿conocemos los motivos que lo han hecho tan importante en la actualidad?, ¿qué hay de cierto en los ataques y la defensa que recibe a diario?…
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua este término admite dos acepciones:
1. Actitud que propugna la libertad y la tolerancia en la vida de la sociedad.
2. Doctrina política que postula la libertad individual y social en lo político y la iniciativa privada en lo económico y cultural, limitando en esos terrenos la intervención del Estado y de los poderes públicos.
Si contrastamos esta definición con la que podemos encontrar en otros diccionarios online (Wordreference, diccionarios.com, etc) y la Wikipedia, descubrimos que hay tres conceptos que estén presentes, explicita o implícitamente, en cada definición: Ser Humano, Libertad y Comunidad. A lo largo de la historia la manera como se han relacionado estos conceptos ha generado el surgimiento de diferentes formas de pensamiento liberal, cada una con sus luces y sus sombras.
Indagando en la naturaleza humana
Hoy nos acercaremos al origen histórico del concepto y apreciaremos una nueva dimensión del liberalismo sobre la que no hemos reflexionado. Anteriormente habíamos visto con Hobbes como el Ser Humano (entendido como agente particular) adquiría un papel central en la construcción del orden político y el sistema de convivencia, siendo ésta la primera vez en la historia que los tres conceptos característicos del liberalismo aparecían conectados:
Los seres humanos, haciendo uso de su libertad natural, crean una comunidad de convivencia política.
Hobbes consideraba que resultaba necesario establecer una instancia absoluta y hegemónica que pudiera regular dicha convivencia mediante el ejercicio de la fuerza y evitar que los hombres terminaran enfrentándose entre ellos y generando una situación de conflicto. Recordemos que para él:
El hombre es un lobo para el hombre (Homo Homini Lupus)
Entidad a la que llamó Leviathan, en recuerdo de un mítico monstruo marino mencionado en el Antiguo Testamento, que ha representado los temores de los hombres y nos recuerda de manera permanente lo más oscuro de nuestra naturaleza.
Ahora, pensemos un poco…. ¿realmente somos así?, ¿somos tan malignos como nos describe Hobbes?, ¿todas nuestras reuniones terminan convertidas en disputas?… ¿realmente somo una personificación del conflicto, del enfrentamiento y del mal?.
Creo que todos coincidimos en que si ésa fuera nuestra verdadera naturaleza, al final de cualquier proceso terminaríamos enfrentados, no habría un Ser tan poderoso como para reprimir el deseo de enfrentamiento de los hombres, no existiría una forma contener todas esas ganas de hacer daño a nuestros semejantes. … El hombre hobbesiano no podría vivir jamás en armonía con los otros.
Necesitamos entender al ser humano de otra manera para poder explicar el hecho de la convivencia social y política.
Sólo la confianza nos conduce a la vida política.
Un pensador inglés llamado Jhon Locke (1632-1704), consideraba que pensar como Hobbes sería…
Como pensar que los hombres son tan insensatos que se preocupan de salvaguardarse de los daños que puedan hacer las Mofetas o los Zorros, y les tiene sin cuidado, más aún, que juzguen como salvaguardia el ser devorado por los Leones. John Locke. Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.
Más aún, si yo (un ser humano individual y libre) no tengo la más mínima confianza en otro ser que es igual a mí, ¿por qué razón tendría que confiar en ese Leviathan que es más poderoso que yo y que puede hacer lo que quiere? . Desde la desconfianza y el temor no se puede construir nada parecido a la convivencia.
La sociedad surge en el momento en que el ser humano es consciente que, para su desarrollo personal le viene mejor organizarse y colaborar con los otros. Vemos cómo los tres conceptos fundamentales del liberalismos (Ser Humano, Libertad y Comunidad) se conectan de una manera diferente en el pensamiento de Locke, una versión más esperanzadora y positiva que empezaremos a describir a continuación.
Nueva visita al Estado de Naturaleza.
Las diferencias entre Hobbes y Locke las encontramos desde el comienzo de sus planteamientos. Para Locke, el hombre no era ese ser maligno y siniestro que está pensando constantemente en obtener su beneficio a costa de los demás, y el Estado de Naturaleza no es esa situación de constante lucha donde se pone en peligro de manera continua nuestra existencia. Por el contrario, era..
Un estado de completa libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y de sus personas como mejor les parezca, dentro de los límites de la ley natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad de otra persona. John Locke. Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil.
En esta situación las personas pueden hacer un uso adecuado de la razón para interpretar la ley natural y obrar de acuerdo con sus reglas. Todos tenemos una serie de derechos por nuestra condición de seres humanos, a los que se llama derechos naturales y dentro de los que se incluyen:
- Derecho a dirigir sus propios asuntos.
- Derecho de hacer cumplir la ley frente a los agresores.
- Disponer de su propio trabajo.
- Tener propiedades.
Y que se formulan en términos generales como el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de la tierra.
Del mismo modo, se establece una única obligación a todas las personas: la de respetar los derechos de los demás.
Pensemos un momento en nuestra vida cotidiana…. Recordemos brevemente lo que hacemos a diario con nuestros amigos, familia, compañeros y conocidos… ahora podemos preguntarnos: ¿cuál suele ser mi comportamiento habitual?, ¿está basado en el temor?.. o ¿está basado en la confianza?…. ¿pensamos nuestras relaciones como Hobbes (conflicto) o como Locke (confianza)?.
Si bien la respuesta depende de muchos factores y circunstancias, solemos decantarnos más por una visión desde la confianza. Si al salir por la puerta de casa tenemos el temor permanente de ser atacados significa que formamos parte de una comunidad que tiene muchos problemas. En general, la mayoría de las personas actuamos con confianza y buena fe, esperando que los demás se comporten de la misma manera. Y nos llevamos una fuerte desilusión cuando recibimos otro trato.
Camino hacia el Contrato Social.
Ahora la pregunta que nos hacemos es….¿por qué tenemos que salir de este estado de naturaleza tan idílico?
La respuesta es muy sencilla. Locke no era una persona inocente, ni creía en la bondad humana per se… una cosa es no ser el monstruo hobbesiano, pero eso no nos convierte en ángeles. La realidad es que en el Estado de Naturaleza, aún en esta versión tan paradisíaca, no siempre es posible proteger los derechos naturales de las personas. Ocurren de manera recurrente algunos problemas:
- No todos los individuos respetan plenamente los derechos de los otros.
- Interpretamos las cosas de modo diferente, por tanto el cumplimiento de la ley podría convertirse en arbitrario y subjetivo.
- Si no está cohesionada la comunidad puede ser víctima de agresiones exteriores.
Por ello, se hace necesario transitar hacia una fase posterior en la que existan unas instituciones que puedan evitar esos problemas y salvaguardar a todas las personas los derechos que poseen en el Estado de Naturaleza, mediante un recurso al que se denomina Contrato Social.
No salimos del Estado de Naturaleza porque sea imposible vivir en él, lo hacemos para garantizar de una manera más plena el ejercicio de los derechos que ya tenemos en él. No salimos por la urgencia de nuestra supervivencia, sino por nuestra mutua conveniencia.
Nacimiento de la Sociedad y el Estado
El Contrato Social es aquel momento en el que las personas se reúnen para acordar salir del Estado de Naturaleza, un acto en el que la confianza mutua vuelve a estar presente, y construir un nuevo escenario de convivencia. Puesto que no existen amenazas contra su integridad física o su vida, las personas no están dispuestas a ceder todos sus derechos naturales a un Leviathan al que no puedan controlar.
Debido a ello se construyen dos instituciones diferentes: la Sociedad y el Estado, con la idea de que el funcionamiento independiente de ambas permita que se regulen mutuamente y prevenga cualquier posible problema que pueda aparecer en el futuro.
La Sociedad es aquella parte de la comunidad en la que están incluidas todas las personas y la interacción que existe entre ellas. En el marco de la sociedad las diferentes personas se dedican a desarrollar sus actividades de interés y a cumplir con sus objetivos, tal y como lo hacían en el Estado de Naturaleza. La única diferencia que tiene con la fase anterior es que se han introducido nuevas reglas para la convivencia, con las cuales se puede prevenir los problemas que habíamos visto anteriormente.
El Estado, o Gobierno, es un parte de la comunidad a la le hemos cedido uno, sólo uno, de nuestros derechos naturales:
El derecho a elaborar, interpretar y hacer cumplir la ley.
Recordemos, que éste era el único derecho natural que creaba conflictos en el Estado de Naturaleza, debido a la arbitrariedad y la subjetividad que generaban las diversas posibilidades de interpretación.
Resumiendo, en el Contrato Social se crea el Estado como la institución encargada de elaborar y hacer cumplir la ley, pero cuya razón de ser es preservar el derecho de todas las personas a la vida, la libertad y la propiedad. En otras palabras, debe salvaguardar el resto de los derechos naturales que posee la persona.
El poder del Estado no puede ser entendido en términos absolutos, está limitado a que pueda garantizar a las personas el uso de sus derechos. Si los integrantes de la sociedad consideraran que el Estado o las personas que desempeñan sus funciones no cumplen adecuadamente con este propósito tienen la potestad de reemplazarlos y realizar todos los cambios que consideren necesarios.
Desde este punto de vista el poder real de la comunidad reside en la sociedad, en esa agrupación de personas que se organizan para tomar decisiones respecto al futuro de la comunidad en su conjunto.
¿Cómo se lleva a cabo esta organización una vez superado el Contrato Social?, ¿qué herramientas tienen las personas para tomar esas decisiones? y ¿qué efecto se generan sobre las instituciones?, son preguntas muy importantes que abordaremos en otro post.
Legado y Proyección del Liberalismo.
Hoy en día es común escuchar análisis, comentarios y discursos que culpan al liberalismo de todos los males de la humanidad: la desigualdad, la pobreza, la falta de confianza entre las personas, los conflictos económicos, las guerras… etc. Nos dicen que el liberalismo es la causa del egoísmo, el individualismo y la des-naturalización del ser humano que vemos en la actualidad.
Si bien la mayoría de estas quejas son ciertas, obedecen a causas reales y están bien fundamentadas. Os invitamos a recordar lo dicho en este post y los logros alcanzados por el liberalismo para la historia de la humanidad, del sistema político y de la democracia:
- Haber otorgado protagonismo político a las personas.
- Defender el desarrollo de las libertades.
- Limitar el Poder los Gobiernos
No para defender las virtudes de ningún modelo económico, social o político inspirado en él, sino para recuperar para nuestra vida cotidiana el espíritu del liberalismo lockeano….
Un sistema político que apuesta por la confianza y el respeto mutuo entre las personas
Comparto en gran medida el análisis desarrollado en este post, totalmente en cuanto a la esencia y origen del liberalismo así como su positiva influencia en el progreso, aunque quizá no tanto en cuanto al rol del Estado dentro de un marco liberal.
De todos modos, y en buena medida relacionado con esto último, me gustaría que en alguna entrega próxima del blog este interesante artículo dedicado al liberalismo se viese complementado con otro equivalente dedicado al igualitarismo. A pesar de los intentos de tergiversación de ambos conceptos (por no hablar directamente de la manipulación propagandística a la que nos tienen acostumbrados desde el falso Olimpo de la política y sus correspondientes voceadores mediáticos), basta con echar una mirada serena y abierta a nuestro alrededor para reconocer en el marco democrático de los modelos sociopoliticos y socioeconómicos actuales una interesantísima y extremadamente compleja hibridación de ambos conceptos que, si bien se pueden interpretar como contrarios en su esencia, en el fondo son ambos necesarios para garantizar el desarrollo y el progreso del individuo y la sociedad en su conjunto.
En mi opinión creo que resulta un sano ejercicio político, especialmente en nuestros tiempos convulsos, reflexionar acerca de esa combinación necesaria entre liberalismo e igualitarismo, una combinación -sujeta a una tensión más dialéctica que sinérgica- que sin duda debería ser siempre dinámica y adecuada al contexto, pero que lamentablemente choca de frente con la visión inmovilista y maniquea que postulan esos frentes políticos a los que hacía referencia anteriormente, siempre inmersos en intentar etiquetar al otro “-ismo” como un riesgo para la sociedad.
Fernando, muchas gracias por tu comentario y por plantearnos una interesante reflexión sobre el tema tratado en el post. Tomamos nota de tu sugerencia para redactar una entrada futura sobre la relación entre igualitarismo y liberalismo.
Esperamos seguir contando con tu lectura y comentarios para los nuevos post que vamos a publicar.
Me gusta la forma como describes la percepción hoobesiana y como esta es superada por Jhon Locke y por ende por el liberalismo.Pero sin duda los modelos inspirados en esta visión política no han podido superar los problemas que el mismo liberalismo en esencia, a mi parecer, genera y que no han podido ser superados, para realmente construir una sociedad donde predomine la convivencia, la justicia social y el respeto mutuo de los Derechos fundamentales..Me gustaría que abordara esta problemática en otro post.
Hola Luís:
Muchas gracias por tu comentario y la reflexión que nos planteas. Nos parece muy interesante el tema que nos propones abordar y por ello lo trataremos en uno de nuestros próximos post.
Me gusta la forma como describes la percepción hoobesiana y como esta es superada por Jhon Locke y por ende por el liberalismo.Pero sin duda los modelos inspirados en esta visión política no han podido superar los problemas que el mismo liberalismo en esencia, a mi parecer, genera y que no han podido ser superados, para realmente construir una sociedad donde predomine la convivencia, la justicia social y el respeto mutuo de los Derechos fundamentales..Me gustaría que abordara esta problemática en otro post.
Hola Luís Eduardo. Has señalado un problema importante que debe ser aborado para comprender adecuadamente los límites y posibilidades de desarrollo del modelo liberal.
Estamos trabajando en un post que aborde dicha problemática y que verá la luz durante esta semana.
Muchas gracias por tu interés y te invitamos a seguir leyendo nuestros futuros post, esperamos que sigan siendo de tu agrado.
[…] nuestro anterior post hemos visto cómo el pensamiento liberal de John Locke plantea un modelo diferente para la […]
[…] nuestro anterior post hemos visto cómo el pensamiento liberal de John Locke plantea un modelo diferente para la […]