Hace casi un año, iniciamos un viaje a través del el Océano Sistémico…Nuestro puerto de destino… Desconocido.
Aprender cosas nuevas es una aventura, es un proceso de exploración, es como la vida misma, la vamos construyendo a medida que vivimos.
Nuestro objetivo era exigente y a la vez fascinante: conocer la evolución histórica de las ideas políticas… desde otro punto de vista, descubrir nuevas ideas, comprobar que siempre hay un punto de vista diferente.
Para orientarnos en este camino, a diferencia de los aventureros de siglos anteriores, no usábamos una brújula, un sextante, o la bóveda celeste. Nuestra brújula fueron los libros, nuestro sextante varios de los pensadores más brillantes que ha dado la humanidad y nuestro cielo estrellado habéis sido vosotros: compañeros de viaje y navegantes de océano sistémica.
Ha sido un viaje muy intenso, en el que hemos recorrido una parte importante de la historia de la humanidad. Un camino en el que hemos aprendido nuevas cosas y, en el que cada etapa ha permitido un crecimiento intelectual y personal.
Aunque lo importante no ha sido la cantidad de conocimientos adquiridos o las cosas nuevas que hemos descubierto, lo importante es nuestra actitud ante el descubrimiento: nuestra capacidad de sorprendernos ante las novedades que hemos encontrado, el interés en seguir buscando más y el abrir nuestra mente ante nuevas ideas.
Ahora, cuando nos aprestamos a comenzar una próxima temporada de nuestro viaje, antes de abandonar la seguridad del puerto de las vacaciones, creemos que es bueno mirar hacia atrás y apreciar el camino que hemos recorrido hasta el momento…
En el principio fue la persona…
Los sistemas políticos pueden adquirir diferentes formas y naturalezas, los podemos encontrar en múltiples realidades. No importa si es una pequeña aldea de recolectores, un gran imperio o una metrópolis moderna, todos tienen en común el hecho de querer organizar la convivencia entre un grupo determinado de personas…
La política necesita a las personas, ellas son su razón de ser y el elemento que le permite evolucionar.
Pese a que es esta es una lección presente desde el inicio de los tiempos, la apreciamos de la manera más clara y contundente alrededor del año 500 a.C, cuando visitamos la Polis Griega llamada Atenas y vimos el nacimiento de un nuevo sistema político, que ha marcado gran parte de nuestra evolución posterior, una sistema llamado… Democracia.
El líder político mas importante de aquel tiempo, Pericles, nos contó qué era la democracia y por qué era un sistema de gobierno superior a los que existían en las otras polis griegas:
“Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el mérito lo que hace acceder a ellos […]. “
Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. Libro II, 37
Un mensaje cargado de convicción. Lastima que fuera pronunciado en el funeral por los caídos en una guerra.
Pero lo esencial de este mensaje aún permanece: la Democracia como sistema de gobierno no tenía sentido sin los ciudadanos, sin las personas…
Despertando de un letargo…
La caída de Atenas y del mundo griego en general, significó la desaparición de los ideales democráticos, del concepto de ciudadano y de la esperanza de participación en las decisiones que nos afectaban a todos. Una sucesión de guerras, imperios y autarquía hicieron que el modelo democrático se convirtiera en un recuerdo de un pasado lejano, que se perdía en la niebla del tiempo.
En plena Edad Media, quien lo diría, los ideales griegos empezaron a despertar de su letargo gracias a pensadores como San Agustín o Santo Tomas de Aquino. Durante ese periodo histórico resurgieron varios de los principios democráticos, de la mano de dos reflexiones:
- La primera fue una pregunta: si todos los seres humanos somos iguales ante Dios, ¿por qué hay personas que tienen más poder que otras?. Aquí encontramos la semilla para recuperar el concepto de igualdad de los ciudadanos que tenían los griegos.
- La segunda reflexión se desarrolló en torno al poder de los monarcas. Debido a que era un poder emanado por Dios, era imposible sostener que era un poder absoluto. Los agrios enfrentamientos entre el papado y los reyes mostraron, a una parte de la población, que la monarquía podía perder su poder e influencia ante otros agentes. Este fue el germen de un nuevo sistema de organización política… El Parlamentarismo.
Este despertar del letargo político fue en aumento, hasta que tuvo su eclosión en una de las épocas más interesantes de la historia de la humanidad… El Renacimiento. El ser humano pidió tener un papel central en todos los aspectos relacionados con su vida, las convicciones personales nos llevaron a desafiar la opinión de la mayoría, los preceptos de autoridad, incluso los dogmas más arraigados…
Sigue retumbando en nuestra vida, aunque no seamos capaces de escucharlas, las palabras de Martín Lutero ante la Dieta de Worms:
“Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón -porque no le creo ni al Papa ni a los Concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mísmos- por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable“
Se había acabado esa época en la que el ser humano se limitaba a obedecer las ordenes que recibiera de la autoridad, el nuevo hombre pensaba, reflexionaba, incluso criticaba.
Las consecuencias políticas de este fenómeno, el nacimiento del nuevo hombre del Renacimiento, fueron descubiertas por un intelectual florentino llamado Nicolás Maquiavelo. Quien con su trabajo sentó las bases de la política moderna:
- Compuesta de procesos dinámicos, que evolucionan y entran en conflicto.
- En la que no existía un principio absoluto (metafísico) que dirigiera nuestras actuaciones.
- En la que era necesario adaptarse a situaciones cambiantes, por lo que se requería cierta creatividad.
Maquiavelo nos enseñó que la vida política era un todo integrado, que se encontraba en constante movimiento…
El gran impulso moderno, la sociedad en movimiento…
Posteriormente, en el siglo XVII, Thomas Hobbes formuló las ideas centrales de la política moderna. Sus conclusiones sobre el Poder Político, fueron las más revolucionarias de su tiempo:
- No tenía carácter sagrado.
- Era construido por los seres humanos a través de nuestra razón.
- Los gobernantes deben ser elegidos por los miembros de la comunidad y el poder con el que cuentan se origina en dicha selección.
Estos son los fundamentos de la modernidad política, el origen de nuestra forma de ver el mundo y la realidad en la que vivimos actualmente… En el fondo todos somos herederos de Hobbes.
Otro pensador inglés, John Locke, le recordó a Hobbes que un sistema político debía garantizar una serie de derechos a las personas que formaban parte de una comunidad:
- Dirigir sus propios asuntos.
- Reclamar el cumplimiento de la ley cuando se sintiera perjudicado por la acción de otros miembros de la comunidad.
- Disponer de su propio trabajo.
- Tener propiedades.
Estableciendo los principios básicos del pensamiento liberal, en sus diferentes corrientes: liberalismo político, liberalismo económico, liberalismo ético, …
Mientras tanto, al otro lado del canal de la Mancha… en Francia, el Barón de Montesquieu formulaba una propuesta que permitiera la concreción práctica de estas ideas políticas. Aunque no llegó a construir un sistema político completo, nos legó un principio de organización institucional que sigue estando presente, ocupando un papel central, en nuestra realidad contemporánea… el Principio de la División de Poderes.
Libertad, responsabilidad y vision de futuro
La última etapa del siglo XVIII estuvo marcada por los conflictos, los enfrentamientos, la inestabilidad, la revolución… Fue un momento de Emergencia.
Un sobrio filósofo prusiano llamado Inmanuel Kant, nos recordó que como miembros de una comunidad política teníamos que conciliar nuestra libertad con la de los otros. Nos dijo que tener libertad conllevaba una gran responsabilidad, la de ser capaces de conciliar nuestros intereses personales con el interés colectivo (el bienestar general).
Sólo en la medida en que seamos capaces de asumir esa responsabilidad, podremos considerarnos ciudadanos, es decir agentes políticos de pleno derecho…
Posteriormente, Hegel nos recordó que todos estos elementos, los que hemos visto anteriormente, carecían de sentido si intentábamos concebirlos de forma separada. Para comprenderlos adecuadamente debíamos ser capaces de visualizarlos como un todo integrado, debíamos ser capaces de entender sus flujos y la evolución que se establecía a partir de ellos.
¡¡¡ Esta es la base para la comprensión de la política desde una visión sistémica !!!
Presentación de la segunda temporada
Ha sido mucho el camino y el tiempo recorrido, pero el Océano Sistémico es tan grande que todavía divisamos la costa. En esta nueva temporada, os invitamos a un viejo mucho más lejano… mar adentro.
Volveremos a publicar nuevos post cada 15 días, adentrándonos en la historia sistémica de las ideas políticas. Visitaremos grandes momentos de nuestra historia (la Revolución Francesa, la Revolución Americana,… ), conoceremos otros planteamientos teóricos (el Marxismo, el Republicanismo,…), veremos en funcionamiento otros sistemas políticos…
Además tenemos varias sorpresas, que os iremos revelando a lo largo de la nueva temporada.
Os invitamos a esta nueva etapa del viaje, a esta segunda temporada,… para que este barco siga navegando lo más importante sois vosotros
Dentro de de 15 días, reanudamos nuestro viaje…